En: "Artistas, locos y criminales", ese libro que Soriano editó con sus artículos aparecidos en el diario: "La Opinión"... leo el título que usé para esta entrada:
"Esta breve biografía de Roberto Mariani, autor de los notables Cuentos de la oficina, es, creo, uno de los pocos textos disponibles para aproximarse al autor y a su obra.
Durante la investigación su familia me proporcionó varios cuentos y apuntes inéditos que se publicaron junto a este artículo. Ese suplemento del diario, sirvió como material de trabajo en Filosofía y Letras de Buenos Aires. Mariani era casi ignoto en aquellos días de euforia militante. No creo que hoy se conozca mejor."
Durante la investigación su familia me proporcionó varios cuentos y apuntes inéditos que se publicaron junto a este artículo. Ese suplemento del diario, sirvió como material de trabajo en Filosofía y Letras de Buenos Aires. Mariani era casi ignoto en aquellos días de euforia militante. No creo que hoy se conozca mejor."
Se lo dedica a Jorge Di Paola y arranca así:
"Roberto Mariani fue uno de los más brillantes narradores del infortunio y la deseperación y quizás por eso su obra estaba destinada a esfumarse de la historia de la literatura argentina. Vivió 53 años duros _entre 1893 y 1946_ y dejó tres libros de cuentos, uno de poemas dos dos obras de teatro y tres novelas..."
Me pareció casi que "el gordo" querido me lo dedicaba a mi.
Siempre me pasa con lo que leo de él, pero en este caso, fue algo muy poderoso, ya que llevo años de infortunio a cuestas (43, en mi caso) y pretendo una especie de exorcismo publicando electrónicamente al menos, las obras que hace años esperan "el papel".
El domingo, mi padre postizo me hizo una aguda observación al respecto y mi jefe de ojos azules, a quien le asigné la ardua tarea de corregirlo, realizó otra tremenda...
Como considero que los primeros capítulos ya están en condiciones, los invito a leer: http://unadextranjerosenyankilandia.blogspot.com/ el nuevo blog en el que estoy subiendo una novela y otros trabajos que no quiero corran la suerte de los de Mariani, quien se los dejó a libreros y editores para que los perdieran irremediablemente... o a parientes que se los dieron a Soriano, quien no logró publicarlos en su totalidad por su alejamiento del diario.
¡Si el tipo no era el paladín de la mala suerte le pasó raspando!
No comments:
Post a Comment