Mi padre, que estos días suele venir a mi mente (será que anda bien El Ciclón...), solía contar una anécdota de cuando era uno de los dueños de la Empresa de Transportes Atlántida. Dicha sociedad, se funda cuando un tal “Sr.” los estafa a estos caballeros y se queda con sus acciones de la Empresa Rojas (otra línea de transporte de pasajeros).
Mi papá, que era de armas tomar no acepta perder… así, que va a ver a Don Demetrio y lo intima mal.
El señor le devolvió la plata para que la ponga en la mencionada primeramente “Línea 57” de colectivos.
“¿Vos podés dormir a la noche, hijo de puta?”, inquirió Miguel Rodríguez.
Lo importante es la frase que le responde: “Si. Los que no pueden dormir son los que yo cagué”.
Algunas personas no podemos dejar de pedir disculpas.
Otras todo lo contrario, por lo visto.
Pido entonces perdón al “cuervo Robsan”, que me publicó un cuentito “sin terminar” de un cura “que no era de San Lorenzo (pero parecía)” y yo no lo reconocí. Está en: http://guialdea.blogspot.com
El cuento "terminado", en la entrada intitulada: "Amor de Padre" que queda aplastando esta...

La verdad, pensé que “mi editor cuervo” sería Viggo, pero Roberto Sánchez se le adelantó y me agarró desprevenida.
Soy una pajarota (de alitas negras).
¡GRACIAS “San Roberto de Almagro”!
¡Qué sigan los éxitos!
Menos mal que entre tus múltiples actividades está la de psicólogo social que entiende a los artistas inconclusos…
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