“Entonces
tengo que escribir.
Uno de todos nosotros tiene que escribir, si es que esto va
a ser contado. Mejor que sea yo que estoy muerto, que estoy menos comprometido que el resto; yo que no veo más que las nubes y puedo pensar sin distraerme, escribir sin distraerme (...) y acordarme sin distraerme, yo que estoy muerto (y vivo, no se trata de engañar a nadie, ya se verá cuando llegue el momento, porque de alguna manera tengo que arrancar y he empezado por esta punta, la de atrás, la del comienzo, que al fin y al cabo es la mejor de las puntas cuando se quiere contar algo).” http://www.literatura.us/cortazar/babas.html
Y yo estaba
viendo una película que me recordó otra película (siempre me pasa y no siempre
es fácil de explicar…) pero es mejor que lo intente yo que tuve esa extraña
sensación de nuevo, y no que sea otro (que ya me ha pasado muchas veces que no
supieran interpretarme y que el cine me juegue malas pasadas).
Miraba:
“Jauja”, pero al final ya pensaba en “Blow up”. No importa tanto después de
todo. Era por el desconcierto, capaz… porque el perro se rasca cuando “no
entiende porque desapareces por mucho tiempo”.
Nunca se
termina la espera.
“De repente
me pregunto por qué tengo que contar esto, pero si uno empezara a preguntarse
por qué hace todo lo que hace”...
A mi solamente me hubiese gustado que Miguelito volviera de España y en Ezeiza me dijera: "Estoy aquí. Estoy en casa de nuevo."
Pero la verdad es que en el aeropuerto sólo me dieron una caja de cartón con otra de madera más chiquita adentro.
"Las familias se borran de la faz de la tierra. El desierto se las traga."
Pero lo sigo escuchando en las voces de los que si pudieron regresar.
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