"Cada hoja es todas las hojas del innumerable Arbol de los Relatos"

Wednesday, May 26, 2010

"Promover la libertad en todos los frentes"

"En 2015, 3.500 millones de personas -la mitad de la humanidad- tendrán acceso a Internet. Nunca hubo una revolución tan grande en la libertad de comunicación y la libertad de expresión. Pero la tecnología moderna lleva a lo mejor y a lo peor. Sitios Web y blogs extremistas, racistas y difamatorios diseminan opiniones brutales en tiempo real. Han hecho de Internet un arma de guerra y odio. Yo no adhiero a la creencia ingenua de que cualquier tecnología nueva, por eficiente y potente que sea, está destinada por naturaleza a promover la libertad en todos los frentes.No obstante, las distorsiones son más la excepción que la regla. Internet es, por sobre todas las cosas, el medio más fantástico para derribar los muros y las fronteras que nos apartan. Para los pueblos oprimidos que han sido despojados de su derecho a expresarse y del derecho a elegir su futuro, Internet representa un poder más allá de sus esperanzas más disparatadas. En minutos, noticias e imágenes grabadas en un teléfono pueden difundirse a todo el mundo en el ciberespacio.Cada vez es más difícil ocultar una manifestación pública, un acto de represión o violación de los derechos humanos.De todos modos, la tentación de reprimir la libre expresión siempre está presente. El número de países que censuran a Internet, que controlan a los usuarios de la Web y los castigan por sus opiniones crece a un ritmo alarmante. Es posible usar Internet contra los ciudadanos
. Puede ser una formidable herramienta para reunir inteligencia con el fin de detectar potenciales disidentes. Algunos regímenes ya están adquiriendo tecnología de vigilancia cada vez más sofisticada.Si todos aquellos que sienten apego por los derechos humanos y la democracia se negaran a comprometer sus principios y utilizaran Internet para defender la libertad de expresión, este tipo de represión sería mucho más difícil. No me refiero a la libertad absoluta que abre la puerta a abusos de todo tipo, sino a la libertad real, que se funda en el respeto de la dignidad y los derechos humanos."

Por: Bernard Kouchner - Ministro de RR.EE. de FRANCIA

Daniel Diaz
Bibliotecario Argentino


Fuente: http://www.clarin.com/diario/2010/05/26/opinion/o-02200135.htm

Monday, May 17, 2010

El préstamo de libros no es una práctica intrascendente

Mucho se debate sobre el surgimiento del “libro electrónico”: las características de los dispositivos, la competencia por liderazgos en el negocio, el posible “fin” del libro de papel1 … sin embargo poco se habla sobre cómo muchas de las prácticas que habitualmente realizamos con los libros “analógicos” se perderán en el modelo propuesto por la industria para el mundo digital.
No más préstamos, no más regalos, no más donaciones a bibliotecas, no más anonimato, son algunas de las preocupantes consecuencias que traerá el sistema de comercialización de libros electrónicos, tal como quieren imponerlo las editoriales y los grandes jugadores del negocio.

La vida de los libros

Si pensamos en el azaroso itinerario recorrido por los libros a través de su vida, encontramos que el período controlado por los aspectos más comerciales, es apenas al comienzo. Una vez que el libro sale vendido del estante de la librería, ni el autor, ni el editor o el distribuidor pueden imaginar su destino. Es ahí donde el verdadero recorrido del libro comienza. Conocerá lectores, estantes, cajones y mesas de luz. Será motivo de disputas y préstamos eternos. Pasará por tiendas de usados. Será olvidado en altillos por años y redescubierto por los nietos del dueño original. O quizás sea un heroico libro víctima de épocas de persecución y encuentre anónimos lectores que se atrevan a leerlo y protegerlo. Culminará con suerte en el santuario de los libros, la biblioteca. Sin embargo, todo este caótico recorrido no es inconveniente desde la perspectiva comercial, todo lo contrario.

Un mercado saludable

Cuando el objetivo es promover un mercado de libros activo y vigoroso, son esos hábitos y prácticas que rodean a los libros, motivo de fomento: las “librerías de viejo”, las bibliotecas de barrios, clubes o escuelas, los lectores generosos en intercambios, préstamos y recomendaciones. Son estos circuitos los que mantienen animado el interés por los libros y ponen de manifiesto la presencia de un público ávido por la lectura, que en definitiva, es quien estimula el mercado comercial: cerca de las bibliotecas y las librerías de usados, no faltarán los shoppings con sus vidrieras bien iluminadas, llenas de best-sellers y libros nuevos, un consumo quizás menos bohemio… pero mas redituable para el negocio. Desde siempre, ambos circuitos han convivido sin conflictos.
Sin embargo ¿cómo se proyecta en la plataforma digital toda esta cultura del intercambio? Ese es el problema, no se proyecta. Al menos, según las editoriales. Lo que en el mundo real es un signo de saludable de vida cultural, en el ámbito digital muchas veces es estigmatizado como “piratería”.

Una industria con miedo

En el mundo digital no hay diferencia entre original y copia. Tampoco copiar es algo excepcional, cada operación que procesa una computadora no es otra cosa que una copia de bits de un lugar a otro de la memoria o el disco. Por esto “copiar” se vuelve una tarea trivial, y sin costo. Acostumbradas a un negocio donde la venta de copias es la principal fuente de ingresos, es lógico que este nuevo escenario descoloque a la industria editorial. El problema es que cuando se piensa en quiénes deberían ser los encargados de decidir sobre cómo articular “el libro” con la nueva plataforma, a todo el mundo le parece lo más natural, que la industria editorial sea quien decida: cuando se diseñan los dispositivos, se toman en cuenta las necesidades de la industria, cuando se decide el marco legal, se consulta a los abogados especialistas de la industria, cuando se desarrolla el software, es a la medida de los requerimientos de la industria. Pero la industria editorial, asustada, es posible que no sea la mejor candidata para tomar todas las decisiones…

Que sea la escasez

¿Cómo volver valiosa la copia, cuando la copia es lo único que no vale nada?, esa es la clase de preguntas que se formulan quiénes no hicieron otra cosa ¡que vender copias toda su vida!¿Y en que pensaron? no mucho ingenio, disponer de medidas que impidan y dificulten la copia… de esta forma la copia se vuelve nuevamente escasa y recupera su valor. Y la industria editorial satisfecha: se libran del problema de pensar en un nuevo modelo comercial y pueden seguir en lo suyo: vendiendo copias…
Para materializar nuevamente la escasez hay dos estrategias a aplicar: las medidas técnicas y las legales. Entre las técnicas, los sistemas de restricciones digitales especialmente implementados (como los DRM2 ), que impiden que el usuario haga más copias de sus archivos que las que haya decidido la editorial por él (generalmente ninguna), sumado a un modelo muy controlado de distribución, que hace posible que cada dispositivo de lectura (de los libros electrónicos) sea monitoreado desde un sistema central. Y entre las medidas legales, avanzar con modificaciones en las leyes que eliminen cualquier ambigüedad y dejen expuestos a los copiadores desobedientes a demandas legales, volviendo acciones aparentemente inofensivas, en delitos graves.

Prohibido prestar

Impedir a los lectores copiar sus archivos tiene consecuencias profundas. La primera es bastante evidente, los libros ya no se podrán prestar. No se le podrá pasar a un amigo un ejemplar de un libro electrónico que hayamos comprado, porque habría que copiarlo de un dispositivo a otro, y los responsables del hardware y del software, por lo explicado en el párrafo anterior, se han esforzado para que esto sea completamente imposible. El préstamo de libros no es una práctica intrascendente: es la forma más sencilla de permitir el acceso a libros, de hacer de la lectura una actividad compartida, además de una muy efectiva forma de promoción boca a boca.
Otro aspecto, es que nada garantiza que el sistema anti-copia en el futuro, siga funcionando como se espera. Quizás el candado digital no pueda volver a abrirse. Cuando el dispositivo se vuelva obsoleto, si se necesita acceder al material guardado –como quien consulta un libro leído hace 30 años– no sólo se tendrá que lidiar con tecnologías anticuadas, sino también con un sistema de restricciones anti-copia anticuado3.
Los métodos legales para evitar que los libros se compartan no son mejores. Convertir en delito algo que antes era un práctica normal y arraigada implica ejercer cierta violencia simbólica sobre la sociedad. Cambiar nada menos que el “sentido común”, sólo para posibilitar un cambio en las costumbres que sean favorable ciertos intereses. ¿Qué consecuencias traerá en los valores de las sociedades, que se empiece a percibir el préstamo de libros como una actividad deshonesta o censurable? ¿Acaso eso ya no está sucediendo?

Alquiler, no venta

Al extremar el control sobre todo el circuito del libro, la industria editorial despliega una influencia inédita sobre cada aspecto de la relación entre lectores y libros. Lo que antes era sólo un manejo inicial, que terminaba cuando el libro salía de la librería –y entonces seguía su destino venturosamente incierto–, ahora se convierte en control total. Las tiendas de venta virtuales conservan un control sobre los archivos del usuario, tanto en el dispositivo de lectura, como en el servidor remoto. Más que una venta, la relación comercial que se plantea entre lector y librería se asemeja a un alquiler, sólo se compra el acceso a los libros. El modelo que las editoriales han decidido respaldar se parece más a los “pay per view” del cable, que a cualquier otra cosa.

Una lista de todo lo que lees

Hasta el momento, los sistemas que comercializan los libros electrónicos, son tiendas virtuales (como el caso de Amazon para Kindle), lo cual dificulta –sino impide completamente la posibilidad de efectuar compras anónimas. Queda entonces un registro de cada venta efectuada, conformando un listado de todos los libros que lee cada consumidor. Sumemos lo centralizado del sistema, y la información acumulada se vuelve sumamente sensible. En épocas y países donde predomina la sensatez, esto no parece una amenaza, incluso se pueden aprovechar los beneficios de recibir una ajustada y precisa lista de recomendaciones, a partir de los hábitos de lectura propios.
Pero ¿qué ocurre en los momentos difíciles? es decir, cuando los gobiernos, por diversas circunstancias, avasallan los derechos de los ciudadanos4 . En ese caso, haber montado semejante sistema de registro sobre un aspecto tan sensible como son las lecturas de cada persona, permite construir un detallado perfil de tendencias políticas, ideológicas, y religiosas. Es un antecedente que horrorizaría a cualquier militante político con suficiente edad como para haber vivido el clima de persecución que prevaleció en Latinoamérica hace algunas décadas, donde tener o no libros de determinados autores en su biblioteca podía significar la diferencia entre la vida y la muerte.

¿Y las bibliotecas?

La IFLA (organismo mundial que agrupa a los bibliotecarios) indica que “las bibliotecas juegan un papel crítico para asegurar el acceso de todo el mundo a la información, incluyendo las obras protegidas por derecho de autor, y que en el contexto digital esto no es diferente”5 .Pero de llevarse a cabo semejante recomendación, según las leyes de casi todo el mundo, las bibliotecas estarían entrando en la ilegalidad, al ofrecer por internet libros con derechos de autor, que tienen restricciones a la copia o difusión, o digitalizar material sin permiso. En este caso, el marco legal se adecua claramente a las demandas de la industria editorial, pero no hace nada por definir una función licita para las bibliotecas en el contexto digital. De seguir así, en un mundo donde los libros electrónicos reemplacen completamente a los de papel, no quedaría lugar para las bibliotecas, excepto para las obras en dominio público. Eso, si el dominio público sigue existiendo…

Libros libres

Una respuesta al nuevo contexto digital, es la de aquellos que apuestan a la distribución sin trabas por Internet de sus libros electrónicos. Licencias como Creative Commons, dan un marco legal a esta modalidad, donde los lectores, a través de redes P2P, foros o blogs reviven en la red, los circuitos de préstamo y recomendación del mundo analógico, en una lectura compartida. Muchas grandes editoriales ya han publicado libros con licencias Creative Commons, aprovechando el potencial multiplicador de promoción que otorga la Web. Internet le da a los autores la posibilidad de dar a conocer sus obras, sin necesidad de pasar primero por las editoriales. Algunas de las perspectivas económicas que se abren a los autores son: ventas de libros de papel en proporción al número de descargas, beneficios de posteriores adaptaciones al cine o teatro, conferencias, donaciones o micro-pagos por descarga. Un caso paradigmático es la Colección Planta 29 editada en España, que publica sus libros en dominio público en la red y en papel, y obtiene beneficios de las ventas en papel, proporcionales al número de descargas: mientras más circulen las obras y más se las comente en blogs y sitios de la web, mejores números y beneficios para los autores.

1. “Hasta ahora, los libros siguen encarnando el medio más económico, flexible y fácil de usar para el transporte de información a bajo costo. La comunicación que provee la computadora corre delante de nosotros; los libros van a la par de nosotros, a nuestra misma velocidad. Si naufragamos en una isla desierta, donde no hay posibilidad de conectar una computadora, el libro sigue siendo un instrumento valioso. Aun si tuviéramos una computadora con batería solar, no nos sería fácil leer en la pantalla mientras descansamos en una hamaca. Los libros siguen siendo los mejores compañeros de naufragio. Los libros son de esa clase de instrumentos que, una vez inventados, no pudieron ser mejorados, simplemente porque son buenos. Como el martillo, el cuchillo, la cuchara o la tijera” Así es como Umberto Eco despejaba los apocalípticos temores sobre la “muerte” del libro en una conferencia ofrecida en Alejandría en 2003, con motivo de la reapertura de la milenaria Bibliotheca Alexandrina. (publicada por el semanario Al-Ahram. Traducción de Sergio Di Nucci en Página/12.) []
2. DRM son sistemas diseñados para impedir la copia. Según lo advertido por la campañas anti-DRM difundida por la “Free Software Fundation”, cuya consigna “defective by design”, indica el aspecto más controvertido de estas tecnologías, la inclusión deliberada de una “falla” en el sistema, para que no funcione tan eficientemente como debería. Para hacer una analogía, es como si volviésemos a los autos menos eficientes en el consumo de combustible, para que las empresas que lo venden puedan ganar más. En este caso volvemos a la tecnología digital menos eficaz para copiar, de lo que es capaz. []
3. Un ejemplo paradigmático del precario desempeño de los medios electrónicos para preservar la información es el caso de las sondas espaciales Viking. A mediados de los 70, estas sondas transmitieron valiosa información desde Marte. Lo datos quedaron almacenados en cintas magnéticas. En 2001 fue necesario comprobar algunos datos de dichas cintas originales, pero el sistema era tan obsoleto que la NASA ya no tenía forma de acceder debido al formato. Los programadores de aquel momento ya habían muerto. Entonces, si se complica acceder a información –almacenada con la intención de ser recuperable– de hace tan sólo 25 años, ¿qué pasará con los libros electrónicos almacenados en dispositivos plagados de DRM de hace 50? ¿Qué tan difícil será eliminar el DRM obsoleto? []
4. Un ejemplo reciente: como consecuencia del atentado del 9/11, el congreso de EE.UU. aprobó una “ley patriótica” que incluía la vigilancia en bibliotecas. Los bibliotecarios debían registrar el destino de determinados libros y identificar a quien los pedía. Esta disposición elevó las quejas de muchas organizaciones de derechos civiles, finalmente la ley dejó de estar vigente. Con el sistema electrónico, la ley no sería necesaria… solo habría que pedirle las bases de datos a las tiendas virtuales. []
5. “Documento sobre la postura de la IFLA sobre los Derechos de Autor en el entorno digital”, aprobado por el Comité Ejecutivo de la IFLA en agosto 2000. Publicado en Correo Bibliotecario N°48. []


Fuente: http://www.vialibre.org.ar/

Thursday, May 13, 2010

"El medio pelo en la sociedad argentina"

Arturo Jauretche fue un pensador, escritor y político argentino. Popularizó en la literatura política las palabras zoncera, cipayo, vendepatria y oligarca...


"EL MEDIO PELO
en la Sociedad Argentina
(Apuntes para una sociología nacional)

ADVERTENCIA PRELIMINAR

Si bien el tema que voy a tratar en este libro es de sociología debo prevenir al lector que no
estoy especializado en la materia, y que sólo ando por ella de "bozal y lazo", como dijo Hernández, un sociólogo nuestro que tampoco era de la especialidad. Guardando las distancias con el autor del Martín Fierro intento colocármele "a la paleta" en el método, proporcionando datos y reflexiones que he recogido como actor y observador apasionado en el curso de una vida lo suficientemente prolongada para que pueda ser testigo de casi todo lo que va del siglo.

(...) he subtitulado este trabajo como "apuntes para una sociología" con la esperanza de proporcionar al sociólogo, desde la orilla de la ciencia, elementos de información y juicio no técnicamente registrados, que suelen perderse con la desaparición de los contemporáneos. Que lo logre o no, dependerá de mis aptitudes que "pido a los santos del cielo" me ayuden a ponerme en la huella de tan ilustre marginal de lo científico.
Al mismo tiempo, pretendo ofrecerle a mis paisanos un espejo donde vean reflejadas ciertas
modalidades nuestras, particularmente en la cuestión de los status, de cuya evolución histórica me ocuparé en primer término. Deseo hacerlo amablemente, abusando del escaso humor de que dispongo, para atenerme al castigat ridendo mores, en espera de que la comprensión de la falsedad de ciertas situaciones, y el ridículo consiguiente, contribuyan a liberar a muchos de las celdas de cartón en que se encierran con la aceptación de artificiales convenciones.
El sociólogo apreciará los hechos que refiero, valorándolos según el juicio que surja de su
particular inclinación interpretativa. Yo sólo pretendo señalarlos y es su tarea determinar causas, lo que no excluye que ocasionalmente me aventure hasta las mismas, cuando lo imponga la descripción de los grupos identificados. Esencialmente aspiro a señalar la gravitación en nuestra historia de las pautas de conducta vigentes en los grupos sociales que la han influido, y solo subsidiariamente referirme a las causas originarias de las mismas. "
(...)
"CAPITULO XI
LAS PAUTAS DEL “MEDIO PELO”


"Por su misma ambigüedad y lo equívoco de la situación, las pautas que rigen la conducta
de la gente del "medio pelo", son más numerosas y de observancia más prolija que las que
corresponden a los status consolidados.
En esto del prestigio es de aplicación la diferencia que hay entre orgullo y vanidad; parecen
la misma cosa y son opuestas, por cuanto a la vanidad sólo le interesa parecer, y al parecer sacrificael ser. El orgullo en cambio es una afirmación del ser en que lo subsidiario es parecer, y en todo caso, es esto lo que se sacrifica."
(...)
"PAUTA DE COMPORTAMIENTO: DOMICILIO"


"Hay pautas de comportamiento y pautas ideológicas y trataré de atenerme a esta separación, lo que no impedirá que se interfieran en la exposición porque, como es natural, son recíprocas y se compenetran.
Veamos las de comportamiento.
La primera es el lugar de domicilio al que ya me he referido con anterioridad en el señalamiento del Barrio Norte.
Precisando, el verdadero Barrio Norte es muy restringido y constituye el reducto de la clase
alta, cuyo problema de prestigio es hoy más que destacarse del resto del país –cosa que no
necesita--, defenderse del “medio pelo” que la acecha, la rodea y trata de filtrarse; como en la selva,no son los leones y las panteras, sino los mosquitos los que molestan."

(...)

"LOS COLEGIOS"

"El colegio para los hijos es una de las pautas más importantes.
Por lo pronto la escuela del Estado está excluida. (Sin embargo hay algunos establecimientos oficiales que dan categoría porque son selectivos y tal vez sus direcciones se ajustan a este criterio, en la admisión. Tal ocurre con la escuela primaria de Libertad y avenida Quintana, con la escuela Normal de Lenguas Vivas y algún otro establecimiento)."
(...)
"PAUTAS MENORES DE COMPORTAMIENTO"

"Barrio Norte, automóvil, estancia (o el yate o la quinta en el medio pelo próspero), colegios,son los símbolos básicos."

(...)
"PAUTAS IDEOLÓGICAS"

"De algún modo hay que llamar al repertorio de ideas con que la gente del "medio pelo"
parece expresar una visión del mundo y del país. Como se trata de una postura y no de una
posición, la ideología no tiene ningún fundamento ético y es exclusivamente estética: se adoptan las ideas como medios de acreditar la pertenencia al imaginario status.
Todas estas pautas tienden a dar una idea depresiva del país."


Monday, May 03, 2010

"Uno ya está harto de los que se hartaron ahora..."

Para enmarcar, lo que expresó ayer en la entrega de los premios Martín Fierro el periodista Eduardo Aliverti:
"Un poco más de respeto"


"Sí, habría que tener un poco más de respeto por las palabras. Por algunas de ellas, mejor dicho. Y mejor todavía, por lo que connotan.

Estamos en democracia, para empezar por una perogrullada que, sin embargo, alguna gente parece perder de vista con extrema facilidad. Buena, mala, perfeccionada, empeorada, carente de demasiados derechos básicos, avanzando en otros. Pero estamos en democracia. Si en lugar de eso se prefiere hablar de “el régimen”, “sistema burgués”, “fantochada institucionalista”, “partidocracia”, “monarquía constitucional” u otros términos de vitupero, es legítimo pero hay que buscarle la vuelta a que se los puede vociferar sin problemas. Nadie va preso (apenas la segunda recordación primaria, ya apuntada por algunos colegas, y uno comienza a cansarse). También es atendible que esa prerrogativa, la libre expresión, no alcanza para vivir como se debería. Lo semantizó Anatole France: “Todos los pobres tienen derecho a morirse de hambre bajo los puentes de París”. Expresarse en libertad puede entonces no tener resultados prácticos, para quienes no comen ni se curan ni se educan con el decir lo que se quiera. Si además se afina la puntería para meterse con la libertad de prensa, por aquello de que todo ciudadano tiene derecho a publicar sus ideas sin censura previa, resulta que hay que contar con la prensa propia. Y en consecuencia pasamos a hablar de la propiedad de los medios de producción. Lo cual es igualmente legítimo, desde ya, pero con el riesgo de que se convierta en teoricismo si acaso no es cotejable con la época y circunstancias que se viven. Veámoslo a través del absurdo: si siempre es igual, democracia y dictadura también son iguales. En este punto el cansancio por las obviedades se incrementa. Y uno se pregunta si no se lo preguntan quienes sí viven de poder expresarse libremente por la prensa, pero para referirse al momento argentino como si continuáramos en plena dictadura.

Mataron a mucha gente acá. Picanearon, violaron, nos mandaron a una guerra inconcebible, robaron bebés, desaparecieron a miles, tiraron cadáveres al mar y adormecidos también, electrificaron embarazadas, regaron el país de campos de concentración, torturaron padres delante de los hijos. Se chuparon a más de cien periodistas acá. Si hasta parece una boludez recordar que estaban prohibidos Serrat y la negra Sosa, que las tres Fuerzas se repartieron las radios y los canales, que inhibieron textos sobre la cuba electrolítica, que en el ‘78 estaba vedado por memorándum criticar el estilo de juego de la Selección Argentina de fútbol. ¿Nos pasó todo eso y por unos afiches de mierda y una escenografía de juicio vienen a decirnos que esto es una dictadura? ¿Pero qué carajo les pasa? ¿Dónde están viviendo? ¿Cómo puede faltársele así el respeto a la tragedia más grande de la Argentina? Acá lo cepillaron a Rodolfo Walsh, ¿y hay el tupé de ir a llorar miedo al Congreso? Faltaría ir al Arzobispado. Si bendijo a los milicos, seguro que también puede dar una mano ahora que se viene el fin del mundo con el matrimonio gay.

Uno entiende que pasaron algunas cosas, nada más que algunas por más significativas que fueren, capaces de suscitar que sea muy complejo trabajar de periodista en los medios del poder. Lo de las jubilaciones estatizadas, lo de la mano en el bolsillo del “campo”, lo de la ley de medios audiovisuales y la afectación del negociado del fútbol de Primera. Ahora bien, ¿la contradicción aumentada entre cómo se piensa y dónde se trabaja justifica las sobreactuaciones? Es decir: puede pensarse que en verdad algunos dicen lo que pensaron toda la vida, y que otros quedaron presos de la dinámica furiosa de la patronal. Pero, ¿decir que estamos o vamos hacia una dictadura? ¿Que si esto sigue así puede haber un muerto? ¿Hace falta construir ese delirio para congraciarse? En todo el país, si es cuestión de propiedad mediática y de programas y prensa influyentes, bastan y casi sobran los dedos de ambas manos para contar los espacios que –con mayor o menor pensamiento crítico– apoyan al Gobierno. La mayoría aplastante de lo que se ve, lee y escucha es un coro de puteadas contra el oficialismo como nunca jamás se vio. La oposición es publicada y emitida en cadena, a toda hora. ¿Qué clase de dictadura es ésa? Ese libre albedrío, muy lejos de ser mérito adjudicable al kirchnerismo, ocurrió igualmente con Alfonsín, la rata, De la Rúa, Duhalde. Lo que no había sucedido es esta cuasi unanimidad confrontadora salvo por los últimos tiempos del líder radical, a quien por derecha se le cuestionaban sus vacilaciones y por izquierda también. Contra Menem recién cargaron en su segundo lustro, después de que completó el trabajo. La Alianza se caía por su propio peso. Con el Padrino pegar era gratis, porque el país ya había estallado. Pero en el actual, que después de todo es simplemente un gobierno más decidido que el resto en cierta intervención del Estado contra el mercado y en el perjuicio a símbolos muy preciados de la clase dominante, ¿qué tan de jodido pasa como para hablar de una dictadura? ¿Será que basta con tocar unos intereses para edificar en el llano la idea de que pueden empezar a matar? ¿Los Kirchner son Videla, Massera, Suárez Mason? Por favor, tienen que aclararlo porque de lo contrario hay uno de dos problemas. O se lo creen en serio y, por tanto, se toma nota de que desvarían. O saben que es una falsedad sobre la que se montan para condolerse y entonces se anota que está bien. Que no se justifica pero se entiende. Que quedaron tras las rejas de los medios en que laboran. Ojalá sea lo segundo, por aquello de que un tonto es más peligroso que un mal bicho.

Se cometieron varias estupideces en forma reciente. Se le dio mucho pasto a la manada, se perpetraron injusticias con colegas que no se lo merecen, se agredió a los que precisamente buscan victimizarse. Eso no es hacer política. Es jugar a la política. La diferencia entre una cosa y la otra es que cuando se ejecuta lo primero es bien medida la correlación de fuerzas. A quiénes se beneficia, cuánto se puede tensar la cuerda en la dialéctica entre condiciones objetivas y subjetivas; cómo no sufrir un boomerang, en definitiva, y si se produce cuánto de fuerte son las espaldas para sortearlo. En cambio, si se juega a la política todo eso es lo que importa un pito antes que nada, con el agravante de que las consecuencias las paga un arco mucho más amplio que el de quienes formularon la chiquilinada.

De ahí a que se tomen de esos yerros para hablar de peligro de muertos, de sensación de asfixia dictatorial, de avanzada totalitaria, media una distancia cuya enormidad causa vergüenza ajena de apenas pensarla. No es algo que no pudiera preverse. Como lo dijo allá por los ’80 César Jaroslavsky, otro sabio sólo que de comité pero muy ducho en transas y arremetidas: te atacan como partido político, y se defienden con la libertad de prensa.

Se sabe que es así. Pero igual uno ya está harto de los hartos que se hartaron ahora
.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-145021-2010-05-03.html

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María Elsa Rodríguez nació en San Miguel (Buenos Aires, Argentina) en 1966. Supo que lo suyo no eran las obtusas matemáticas, y que los sueños la movilizaban más que la realidad. Estudió Cinematografía, Fotografía, Bibliotecología y Archivística (áreas estas dos últimas en las que desarrolló su labor profesional los últimos años, sin dejar de seguir ampliando en talleres, su interés por la dramaturgia y la literatura). Estrenó obras en teatro, publicó cuentos y su primera novela. Desde entonces, comparte algo de su material en los sitios que administra en la Web: • https://artistinconcluso.blogspot.com/ • http://unadextranjerosenyankilandia.blogspot.com/ • http://ailaviuforever.blogspot.com/ • https://www.facebook.com/Libros-para-olvidar-la-editorial-de-los-libros-perdidos-984324104963181/