(…) Empezó ya la exposición de Les Luthiers. Les han dado una distinción a estos artistas. El embajador de España, creo… hay una serie de actos. Está muy bien que se agasaje a estos BUENOS ARTISTAS.
Y el otro día, le decía yo a Marcos Mundstock, conversando con él … que cuando es galardonado un artista mediocre (perteneciente al mundo mediático, al mundo de la industria del espectáculo, de lo que es exitoso) a mi me da miedo.
A mi me produce miedo la consagración de ineptos.
Me produce miedo, no envidia ni desazón… sino miedo: “¡Ah, caramba!” Digo yo: “Si este es el ejemplo a seguir estamos perdidos. Me imagino lo que vendrá… las generaciones tratando de ser como este tipo y tiemblo. Por eso saludo con alegría a unos tipos que hacen humor. Está bien que la gente sea como ellos (…)
Aquí está la diferencia.
Artistas mediocres que triunfan por la gran difusión mediática, por su mensaje simple, accesible, porque es simpático entrador (…). Fenómeno. Es explicable. Uno se explica que triunfe este cantante (…). Ahora, si la Secretaría de Cultura después les da un premio, yo me asusto.
Yo me asusto mucho. Me da miedo. Me escondo y empiezo a dudar que camino tomar (…) uno tiene que tener una dirección, una luz: “Voy a seguir el camino de ese tipo que se esforzó, inventó un nuevo lenguaje”, etc. Pero cuando hay uno de estos tipos, yo me imagino que esto viene a avalar el gusto por la banalidad de la gente que no sabe nada ó que no ha tenido la suerte de poder ilustrarse… que se va a confundir.
En un tiempo, esta gente lo podía todo en la Argentina, excepto ser tomada en serio…
Ahora ha sido tomada en serio incluso por intelectuales, muchos de los cuales son tipos a los que yo les tenía respeto (…) y, que por ingresar al mundo mediático han renunciado a sus convicciones y dicen: “Fulano es un fenómeno”. Y no es un fenómeno (…)
Usted sabe que es pecado pronunciarse contra la cultura popular… te van a decir un montón de cosas. Yo no se lo que eso significa.
La única cultura que existe es la cultura superior. La que despierta la mente y no la que la narcotiza.
Esa es la única cultura que existe. Lo demás, ese escamoteo de reducir la cultura, de bajarla hasta que la cabecita del menos apto la venga a rozar… es un cuento chino.
A vos te dicen: “A pocos interesa Shakespeare… vamos a convertir entonces, algunas historias banales de la televisión en algo bueno también”, para que la gente piense: “yo puedo acceder a la cultura”. Eso está mal.
Lo que tenés que hacer es tratar de preparar a la gente para que pueda disfrutar las cosas más complejas y que te capacitan para ser un tipo más dichoso en la vida. La complejidad aumenta el placer. Bien… todo esto no se puede decir, porque es enojoso. Te dicen: “Usted es elitista”.
_ ¡SI! ¿Qué quiere que haga?¿Qué hacemos entonces con la ciencia?¿Qué hacemos con un tipo que ha estudiado hasta los confines del conocimiento?
Le decimos al tipo: “Usted es elitista”. Al tipo que seguro está con unos agujeros así en los zapatos… porque no se hace rico el científico, ni el helenista, ni el poeta.
Le decimos: “vea, baje la puntería porque la gente no entiende eso.”
Y lo que no entendemos todos es pecado entenderlo.
NO ES VERDAD. No es verdad, no es verdad.
Y, lo decimos nosotros, desde la tribuna de los giles… desde la tribuna de los que no entendemos. Pero preferimos saber que hay algo que no entendemos y que es superior, y no creernos piolas porque entendemos: “base x altura sobre 2…”
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