A mi me pasó ayer en Luján...
Borges decía algo así como que no hay que obligarse a leer algo, porque cada libro se toma su tiempo en llegar al lector adecuado... o, dicho de otra forma: disfrutamos una lectura según nuestro estado de ánimo ¿Por qué tratar de disfrutar de un best seller?¿Porque lo leyó mucha gente?
Todo llega en el momento exacto, parece. Hasta los libros.
Es curioso, porque yo estaba haciendo tiempo mientras esperaba el micro para volver a mi casa actual... y, como siempre me pasa al volver a este lugar, rememoraba mi infancia por estas calles. Un cartel del otro lado de esa enorme y ancha avenida principal me distrajo. En la esquina de Brown, pero del otro lado de la terminal de ómnibus hay un bar que también es librería. Podés revisar los estantes y servirte un broli, en un sitio lleno de fotos en
Me quedé, obviamente mirando Revistas Humor. Y encima lo veo: el libro que se hubiese llevado mi viejo. En él pensaba cuando vi el cartel, recordando la inundación que cubrió la ciudad, creo que en el '74. Mi papá me cruzaba en sus hombros por esa misma calle, llevandome a casa frente a la Plaza Colón en Mitre 527, y el agua había transformado ese sitio en parte del río.
La inundación había vuelto a mi mente más temprano, en Mercedes, donde el Parque Municipal había desaparecido bajo esas aguas.
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