"A mi no me van a despedir así..."

Rep imaginó que "Carlos Saúl I", interpretaría las cosas a su estilo light, pero Roberto Pettinato sufría cuando el fulano ex presidente, cual ave rapiñera, se acercaba:

"¿Vieron la foto de Menem asomado al féretro de Alfonsín? Creí haber visto una mueca de don Raúl como diciendo: "no se si nos vamos a cruzar pronto". "Entonces tengo larga vida?", dijo Menem. "No, yo voy para el cielo".

Pero remataba la infeliz imagen el final del pensamiento que "Carlo" tenía: no lo despedirían así porque él no se pensaba morir.

Claro... que dos presidentes más distintos.

Santiago Varela, rescata en un libro, fragmentos de los monólogos políticos que escribía para Tato Bores.

Yo, me tomé la libertad de hacer un fragmento más pequeño aún, para compartirlo acá:

"Alfonsín se va de la Rosada"
(1989)

"Señores: cuando esa mañana pensaba que hoy tenía que hacer el último monólogo con Alfonsín presidente, les juro que no pude contener una lágrima. Así y todo me puse la peluca de otoño-invierno y partí rumbo a la Casa Rosada, a despedirme del patrón.
Llego, entro, un batifondo que no se podía creer. Si, una mudanza en cualquier lado es complicada y mudar un piano ya es un despiporre mayor, no se pueden imaginar ustedes lo que es mudar un gobierno.
(…)
Yo por mi lado evité que los de la mudanza me pasaran con un piano por arriba y pude llegar al despacho del presidente. Entro y Don Raúl, con las ojeras hasta aquí, me dice:
_ ¿A usted le parece, Tato, tener que irme así? Yo que entré con una sonrisa, ahora me tengo que ir corrido por la hiperinflación, la recesión, la desocupación y el mismísimo dólar que si me alcanzan no me dejan ni el chaleco sano _ concluyó con lágrimas en los ojos.
_ Tiene razón, Don Alf, pero como dijo alguien que más vale no nombrar ahora: la única verdad es la realidad.
_ Si, Tato, pero no se confundan, esto es sólo una retirada estratégica. Soldado que huye sirve para otra guerra. El que se va cuando se lo piden vuelve cuando menos se lo espera. ¡Volveré y seré millones, Tato!
(…)
Ya en la calle, no podía dejar de pensar de que más allá de la inflación, la crisis y el terrible bolonqui en el que estamos, Don Raúl representó la vuelta a la democracia, a la ley, a la libertad. Qué defectos tuvo, tiene y tendrá, no hay dudas, pero hoy, al despedirlo, en su última semana como presidente, antes que le entregue la banda a otro presidente constitucional, yo repito lo que dijo el gaucho: “Cuando quiero a un amigo, si es tuerto, lo miro de perfil”