"Cada hoja es todas las hojas del innumerable Arbol de los Relatos"

Friday, October 30, 2009

"para hacer el retrato de un pájaro"

"Pintar primero una jaula
con la puerta abierta
pintar después algo bonito
algo simple, algo bello,
algo útil para el pájaro.
Apoyar después la tela contra un árbol
en un jardín en un soto
o en un bosque esconderse tras el árbol
sin decir nada,
sin moverse...
A veces el pájaro llega enseguida
pero puede tardar años antes de decidirse.
No hay que desanimarse
hay que esperar
esperar si es necesario durante años
la celeridad o la tardanza en la llegada del pájaro
no tiene nada que ver
con la calidad del cuadro.
Cuando el pájaro llega, si llega
observar el más profundo silencio
esperar que el pájaro entre en la jaula
y una vez que haya entrado
cerrar suavemente la puerta con el pincel.
Después borrar uno a uno todos los barrotes
cuidando de no tocar ninguna pluma del pájaro.
Hacer acto seguido, el retrato del árbol,
escogiendo la rama más bella para el pájaro,
pintar también el verde follaje
y la frescura del viento,
el polvillo del sol
y el ruido de los bichos de la hierva en el calor estival
y después esperarque el pájaro se decida a cantar.
Si el pájaro no canta, mala señal,
señal de que el cuadro es malo,
pero si canta es buena señal,
señal de que podéis firmar.
Entonces arranca
le delicadamente una pluma al pájaro
y escribid vuestro nombre
en un ángulo del cuadro."

Sunday, October 25, 2009

Viajante




Hoy en Barcelona
Mañana en Madrid,
Pasado en Londres
Y yo siempre aquí.
Aguardando las horas
En que puedas venir





María Elsa Rodríguez

Friday, October 23, 2009

Onirokitsh

"En Lourdes, partido de San Martin, a una cuadra de Ruta 8 y Pedriel, en la esquina de Yrigoyen e Iturraspe, se encuentra el Centro Cultural Esperanza, que este 24 de octubre será el ámbito elegido para dos eventos muy felices, la presentación de la muestra-instalación ONIROKITSH (objetos inútiles donados por la gente) y el cumpleaños de Daniela Miguel.
Quedan uds. calurosamente invitados! Aconsejamos traer objetos inútiles, bebidas y mucho afecto. Se suspende por lluvia. Invitan: Daniela Miguel. Curadores-soñadores: Ezequiel Romero y Lia Cugino. Performance: Marianita Serrano. Traigan sus objetos inútiles!"


"Un objeto inútil es el residuo de los sueños de trascendencia, un resto cargado simultáneamente de esperanza y de imposibilidad, una ruina por habitar."


Entre los objetos que descarté para presentar, están los paraguas destruídos tras la última ventisca lluviosa. Si, ya somos una especie de país tropical del sur que amanecemos con flor de aguacero y regresamos al hogar en pleno sol abrasador.




El problemón con los paraguas... no es que queden "rompidos" y desparramados por cualquier lado después de una tormenta, sino que no les llueva. Ese es el estado de inutilidad de semejante objeto. El cementerio de paraguas descartables de origen chino en que queda convertida esta singular ciudad sureña (no me refiero a Texas, sino a Buenos Aires y zonas aledañas, lector extranjero que no me frecuentas, lo se...) insisto, no es lo que demuestra que son inútiles. Lo que confirma es que los paraguas made in argentina eran mejores.


El "objeto inútil" es el paraguas que una lleva durante todo el día en cartera, bolso, mochila y/o bolsita plástica (para meterlo una vez mojado y no chorrear los pisos), los días de amenaza de lluvia... pero que no llueve.



Así que decidí presentar el perfil del psiquiatra de mi mamá (que antes había "¿atendido?" a un marido que tuve de la misma abandónica manera), una zapatilla que no le dejo usar a mi hijo porque el perro se la mordió (y él insiste en que la otra está buena todavía...), un VHS lleno de moho como la relación que contenían sus imagenes y un frasco de desodorante que es inútil porque sabemos que la única fragancia que no te abandona es la neurosis.



Me quedé con las ganas de llevar: "La sonrisa de papá", que viene siendo su dentadura postiza. Como la de Gardel, nos sonríe desde el botiquín del baño cuando abrimos. Pero como bien me indicaba una de las organizadoras del evento: "Eso la hace útil" y me la descalificaron...

En fin. Sigo siendo una persona incomprendida pero increíble. No me da verguenza decirlo. Nadie me cree cuando hablo en serio. Pero yo insisto, porque también soy terca. Por eso: no dejéis de ir a: "ONIROKITSCH"

Monday, October 19, 2009

Baladas

Balada Del Ausente

Entonces no me des un motivo por favor
No le des conciencia a la nostalgia,
La desesperación y el juego.
Pensarte y no verte
Sufrir en ti y no alzar mi grito
Rumiar a solas, gracias a ti, por mi culpa,
En lo único que puede ser
Enteramente pensado
Llamar sin voz porque Dios dispuso
Que si Él tiene compromisos
Si Dios mismo le impide contestar
Con dos dedos el saludo
Cotidiano, nocturno, inevitable
Es necesario aceptar la soledad,
Confortarse hermanado
Con el olor a perro, en esos días húmedos del sur,
En cualquier regreso
En cualquier hora cambiable del crepúsculo
Tu silencio
Y el paso indiferente de Dios que no ve ni saluda
Que no responde al sombrero enlutado
Golpeando las rodillas
Que teme a Dios y se preocupa
Por lo que opine, condene, rezongue, imponga.
No me des conciencia, grito, necesidad ni orden.
Estoy desnudo y lejos, lo que me dejaron
Giro hacia el mundo y su secreto de musgo,
Hacia la claridad dolorosa del mundo,
Desnudo, sólo, desarmado
bamboleo mi cuerpo enmagrecido
Tropiezo y avanzo
Me acerco tal vez a una frontera
A un odio inútil, a su creciente miseria
Y tampoco es consuelo
Esa dulce ilusión de paz y de combate
Porque la lejanía
No es ya, se disuelve en la espera
Graciosa, incomprensible, de ayudarme
A vivir y esperar.
Ningún otro país y para siempre.
Mi pie izquierdo en la barra de bronce
Fundido con ella.
El mozo que comprende, ayuda a esperar, cree lo que ignora.
Se aceptan todas las apuestas:
Eternidad, infierno, aventura, estupidez
Pero soy mayor
Ya ni siquiera creo,
En romper espejos
En la noche
Y lamerme la sangre de los dedos
Como si la hubiera traído desde allí
Como si la salobre mentira se espesara
Como si la sangre, pequeño dolor filoso,
Me aproximara a lo que resta vivo, blando y ágil.
Muerto por la distancia y el tiempo
Y yo la, lo pierdo, doy mi vida,
A cambio de vejeces y ambiciones ajenas
Cada día más antiguas, suciamente deseosas y extrañas.
Volver y no lo haré, dejar y no puedo.
Apoyar el zapato en el barrote de bronce
Y esperar sin prisa su vejez, su ajenidad, su diminuto no ser.
La paz y después, dichosamente, en seguida, nada.
Ahí estaré. El tiempo no tocará mi pelo, no inventará arrugas, no me inflará las mejillas
Ahí estaré esperando una cita imposible, un encuentro que no se cumplirá.

Juan Carlos Onetti

Sunday, October 18, 2009

Escasez de viajes...

"Por culpa de la escasez de rinocerontes", Les Luthiers nos narra este bonito narramiento:

http://www.youtube.com/watch?v=183_qkh8Obg

Dicen que es bueno que podamos sacar de lo que nos falta, algo positivo.

Bueno, en este caso, escribí esta narración para un concurso que pedía: "cuentos de viajes"

Solo salí dos fines de semana en 17 años... ya que mi consorte de entonces, no era muy viajero y yo aún era muy solidaria "y debía" acompañarlo a lo largo de toooooooooda su depresión porque de lo contrario cumpliría su repetida promesa de suicidarse por mi culpa.

De esas épocas nefastas es este cuentito abominable:


"Historia de un viaje accidental al exterior..."
(Derecho de Autor, Exp. Nº: 634718)

"Sucedió el siglo pasado... en un oscuro período entre los gobiernos de Alfonsín y Menem, si mal no recuerdo. Hasta la tragedia provocada por la xenofobia, todo parecía ser una joda como cualquier salida con amigos en los dorados años de firmeza y tonicidad muscular. Los últimos tiempos, me he retirado por propia decisión (lo confieso con pesar), a las zonas montañosas que me permiten ocultar la fofez de mis partes del oprobio que me genera la playa, las termas y las comparaciones odiosas de alguna gente.
Entonces, mi cuerpo y yo éramos diferentes. Aún no sabía que mi marido no era ocurrente y pintoresco, sino que estaba chiflado lisa y llanamente. ¡Cuanta inocencia!. No podía ni jugar al tejo en la arena siquiera... se me perdían invariablemente los círculos voladores de madera verde, una y otra vez, demorando cómicamente el juego, hasta que ya no pudimos seguir por falta de demasiadas piezas. Pero nos reíamos de mi torpeza... ¡Estábamos tan bien!. Todo era alegría. La cuestión es que éramos tan jóvenes y despreocupados que en pleno viaje a Mar del Tuyú, llegamos a Entre Ríos... cosa curiosa, ya que no veníamos del sur patagónico, subiendo por la Ruta 3. Sino más bien todo lo contrario, arrancamos del Gran Buenos Aires para el sur, pero tal vez una rotonda mal señalizada o la falta de sueño reparador, o que nuestros amigos Ale y Oscar estaban podridos de reparar la casa donde nos alojamos al llegar a la costa. La cuestión fue que debimos migrar al norte y terminamos en lo de unos parientes de otro amigo, en Concepción del Uruguay.
La verdad, que mi media naranja era de esconder cosas, como esto del lamentable estado del sitio al que nos llevó y de la fobia. Una vez guardó los “Australes” que ahorraba en una bolsa de nylon y los enterró en la huerta del fondo, con la esperanza de que eso le impidiera gastarlos y yo fuera la reina del hogar que construiríamos con la ganancia... pero mi suegro, sin saberlo, alquiló el terreno a una familia boliviana que lo usaba para la producción de hortalizas. La cosa terminó mal. No encontramos el dinero. Los bolivianos alegaron que quizás se habría desintegrado el papel por la humedad del suelo... lo que la bolsa de plástico hubiera impedido, según gritaba mi “casi husband” de entonces mientras su madre, hermano y yo tratábamos de que no liquide a los impasibles inquilinos, presa de la desesperación que le provocaba su estado de nervios.
El tiempo le permitió consolarse de alguna manera, al ver que cambiaba la moneda de nuevo y podía volver a juntar moneditas en una lata. Yo no tuve consuelo al no poder reinar en lo de mamá donde nos tuvimos que quedar, ante la imposibilidad de hacer nuestro nidito de amor en otro lado. Tal vez de allí su inexplicable fobia ante el extranjero... y su permanente deseo de no gastar. Por eso fuimos a esa casa que nos prestaron en la playa. Ya Ale y pareja ponían el auto, nosotros teníamos que ofrecerles el techo... que lamentablemente se llovía. paradójicamente no había agua en las cañerías. Eso lo supimos una vez que logramos ingresar. Tuvimos problemas de entrada con la cerradura y también con la luz. Lamentablemente llegamos de noche... pero el alumbrado público nos iluminó bastante bien mientras arreglaban los tapones y destornillaban la puerta de madera del frente, que finalmente cedió y pudimos instalarnos.
Nosotros ya estábamos acostumbrados a las incomodidades que mi vieja nos brindaba, así que no lo pasábamos tan mal. En cambio Oscar, al tercer día, cansado de trabajar en vacaciones y, tras no haber podido disfrutar tampoco de mis pastas pegoteadas (yo aún no sabía cocinar, de hecho no pude aprender, traumatizada por ese recuerdo), nos invitó a un lugar donde no estaba lloviendo según el pronóstico meteorológico. Se veía él como un fóbico en ese momento...
Dimos un verdadero giro, que nos llevó a Entre Ríos. En el camino, la lluvia dio paso al fresquete. Por suerte, nos divertíamos de lo lindo. Mientras Ale y yo cantábamos los temas de Copani en el asiento de atrás, un grito de mi marido nos sorprendió. El conductor, lo había golpeado mientras aullaba desencajado: “tengo desempañador”. Claro, nosotros no teníamos, o no le funcionaba a nuestro coche. El auto en su totalidad no andaba, por eso viajábamos en el Fiat Europa impecable de los chicos. Se ve que “my darling” quiso limpiar a mano el parabrisas... para ayudar en algo.
Al llegar, nos recibió el tío de nuestro amigo, un tipo muy jodón. Mi esposo, también lo era todavía: “¿El cabezón vino en el fitito?”, le preguntó al buen hombre, quien desconcertado, respondió que no... ¿Para qué querría un autito tan chico semejante pedazo de hombre?. Mi marido remató: “¡Para usarlo de casco cuando anda en moto!”.
Parecía estar bien... todo parecía encauzarse, pero viraría inexorablemente para el lado oscuro. Conocimos la playa que los locales consideran su orgullo. No existía Botnia aún y, a propósito, ahora se me ocurre curiosamente que decir “Argentina y Uruguay”, es como nombrar “Inglaterra e Irlanda”... sin rencores mutuos, con una historia en común que nos hermana, un canal de agua en medio que nos une más que separarnos... ¡Cuantas coincidencias!. Pero mi hombre no lo veía así... temía que no era buena idea cruzar el charco a comprar boludeces. En esa época, el cambio nos favorecía y a los demás les encantó la propuesta. El tío ya había pasado varios televisores, sentado sobre ellos, en lugar del asiento del conductor... de más está decir que los muchachos que vigilan el puente, eran de lo más campechanos y no revisaban mucho. Esposo mío daba muestras de un humor cada vez más particular. No se si es que a mi me irritaba su actitud (lo veía rascarse la cabeza en una postura netamente infantil), o porque imaginó una tele de 14 pulgadas atascada en el traste del gordo y se lo espetó groseramente (lo que al otro lo hizo desternillar de risa). Tal vez, cuando se acercó mal predispuesto a empujar un auto que se había quedado entorpeciendo el tramite en la aduana, en plena entrada al puente... debí darme cuenta de lo que nos esperaba. El gendarme se acerca y le dice: “¿No me da una mano maestro?”. Lo miró serio y replicó sarcástico: “¿Cuál querés?”.
Los demás rieron, pensando que estaba de buen humor... yo sabía que no era docente y me di cuenta que también me rascaba mucho, como el resto del grupo, ajeno a mis cavilaciones. Uruguay le gustaba menos que la idea de volver a pasar por un puente tan largo con tantos litros de líquido corriendo por debajo. Me lo comentó con mala cara, como si fuera mi culpa que estuviese en esa situación. Entonces recordé que se bañaba de manera particular. Primero el cuerpo descalzo hasta el cuello y luego, al salir se lavaba la cabeza... en el lavatorio. Comencé a sospechar que le había entregado mi destino a un roñoso, piojoso y mal parido. Me puse a hacer cuentas, para ver si ya había vencido la garantía... ¡Y si!. Hacía más de un año. Ya no lo podía devolver.
Al rato, la banda que nos llevaba de aquí para allá, decidió quedarse a pasar el resto del día en las termas de Guaviyú. Ese al que la ley me unía “no dijo ni mu”. Noté su descontento durante el resto de la velada... todos nos metimos a las piletas excepto él, alejado por miedo que quisieran tirarlo al agua. Permaneció vestido de pies a cabeza con el pantalón largo de su equipo de gimnasia de poliéster azul (cerrado hasta el cuello), cociéndose al sol. Éramos tan diferentes... en un momento salí para ver si se ponía un poco las pilas y me invitó a caminar. No le gustaba el lugar. Mucho coche importado, mucho sol, muchos piojos, muchos uruguayos. A mi me dio como pena... le expliqué con lo que me quedaba del cariño que unas horas antes sentía por él, que estábamos, efectivamente del otro lado de la frontera. Se ofendió y discutimos acerca de mi falta de lealtad para con él y sus manías. ¿Cómo podía ponerme del lado de esos extranjeros?. Ya una vez nos habían estafado “los del gran país del norte”. Me descolocó, por un momento, el muy vil. Esperé, astutamente para ver que tramaba. Yo solo conocía un par de extranjeros. Mi mamá, que era tana y la vieja gallega de al lado, pero no de Estados Unidos... “¡Los bolivianos que me cagaron!”, gruñó ya bastante molesto. Me quedé muda, lo que aprovechó para seguir furibundo quejándose de mi obtusa postura. Estaba sintiéndome un poco mal por la decepcionante forma en que se estaba presentando la cosa. El sol pegaba fuerte a esa hora y se ve que mi rostro lo terminó conmoviendo. Me invitó una bebida fresca a la sombra. En el local no le quisieron recibir la plata argentina, por lo que se la agarró entonces con el que atendía, empecinado con que el tipo lo sobraba. El empleado se mantuvo firme y le mostró que enfrente, le cambiaban los billetes. Cruzamos a un puesto en el que vendían canastos de mimbre. Misma historia. Se los tomaban si compraba algo... que él no quería. Opiné que uno de los cestos estaba buenísimo, para terminar con la cuestión y me dieran algo de tomar. Fue el acabose... me acusó de traidora, imperialista: “¡Roja!” me gritaban unos que no distinguí entonces, pero que resultaron ser nuestros amigos enganchándose en la trifulca, al creer que era en broma. Casi van todos en cana por el lío que se armó. A mi me llevaron a la enfermería, estaba insolada, colorada como un tomate, cansada, deprimida y no me dieron mi gaseosa. Pero me compraron el canasto. A la hora de volver tuve que decidir entre el dichoso coso de mimbre y el otro coso... no había lugar para llevar a los dos.
Prefería el cesto, la verdad. Pero el resto del grupo pensó que se me iba a pasar y ese hombre que me acompañaba no quería quedarse en un país limítrofe. Lo ataron al techo (al canasto), y volvimos hasta el lado argentino, donde nos separamos. El tío y el cabezón siguieron para su casa. Ale y Oscar decidieron súbitamente ante nuestra poco amigable compañía, seguir viaje a Misiones... artos de nosotros. Nos dejaron en un hotel para que nos reconciliáramos y para que les cambiara la suerte. Yo dormí con mi regalo (que aún conservo y al que bauticé “Consuelo”) y mis piojos. El se fue a su cuarto con los suyos."
María Elsa Rodríguez

Tuesday, October 13, 2009

"Dudo que tirar una piedra al mar pueda ser la causa de que se rompa un continente"

"No quiero entrar en vanas filosofías, pero respóndame si ve alguna relación entre el hecho de que un mono haya vajado de un árbol hace veinte millones de años y la fabricación de una bomba nuclear, La relación es precisamente, esos veinte millones de años..."

Así discrepaban en una imaginaria charla un hombre que había arrojado una piedra al mar en Portugal y quienes se supone lo interrogarían para saber como ese suceso, podría ser la causa aparente de la rajadura de los Pirineos y la separación de la Península Ibérica del continente europeo...

"... de repente se le cortó la respiración, el locutor había dicho su nombre, se ruega a don Joaquim Sassa, de viaje por alguna parte del país (...) que se presente ante el gobernador civil más próximo del lugar donde se encuentre a fin de colaborar con las autoridades en el esclarecimiento de las causas de la ruptura geológica (...) No iba a responder a la llamada, no se presentaría ante ningún gobernador civil ni militar, imagínense qué conversación tan absurda, el despacho cerrado, la grabadora grabando, Señor Sassa, usted tiró una piedra al mar, Si, la tiré, Y cuánto supone que pesaría. No sé, talvez dos o tres kilos, O más, Si, podían ser más, Aquí tiene unas piedras, pruebe con ellas y dígame cuál se aproxima en peso a la piedra que tiró, Esta, Vamos a pesarla, así, bien, pues haga el favor de comprobarlo con sus propios ojos, No pensé que fuese tanto, cinco kilos y seiscientos gramos, dígame ahora, le ha ocurrido alguna vez caso parecido a este, Nunca, Está seguro, Absolutamente, No sufre perturbaciones mentales o nerviosas, epilepsia, sonambulisno, trances de diverso tipo, No señor, Y en su familia, hay o hubo casos semejantes, No señor, Luego haremos un electroencefalograma, intente ahora hacer fuerza en este aparato, aquí, Qué es, Un dinamómetro, haga toda la fuerza que pueda, No puedo más, Sólo esto, Nunca fui hombre mucha musculatura, Señor Sassa, usted no puede haber tirado aquella piedra, Lo mismo digo yo, pero la tiré, Sabemos que la tiró, hay testigos, gente de toda confianza, por eso tiene que decirnos cómo lo consiguió, Se lo he explicado ya, iba por la playa, vi la piedra, la levanté y la tiré, No puede ser, Los testigos lo han confirmado, Es verdad, pero los testigos no pueden saber de dónde le vino esa fuerza, usted si debe saberlo, Le he dicho ya que no lo sé, La situación, señor Sassa, es muy grave, aún más, gravísima, la ruptura de los Pirineos no se explica por causas naturales, de ser así estaríamos en una catástrofe planetaria, y a partír de esa evidencia hemos empezado a investigar casos insólitos ocurridos en estos últimos días, el suyo es uno de ellos (...) Por ese camino, después de investigar los casos insólitos, tendrán que pasar a los casos sólitos, Casos qué, sólitos, Qué quiere decir esa palabra, Sólito es lo contrario de insólito, es su antónimo, Pasaremos de los insólitos a los sólitos si es preciso, tenemos que descubrir la causa, Van a tener mucho que examinar, Estamos empezando, dígame de dónde sacó su fuerza. Joaquim Sassa no respondió, hizo enmudecer a su imaginación, porque el diálogo amenazaba con volverse circular..."

José Saramago. De: "La balsa de piedra"

Tuesday, October 06, 2009

"Debemos agradecerle a las ratas..."

Si, la verdad.
Los que amamamos a los animales, sabemos que ellos saben lo que hacen.
Nuestra perra Flori abría y cerraba la puerta, cuidaba a mis hijos mejor que yo (según sus propias palabras) y entendía todo lo que le decíamos. Tenía un carácter excelente y jamás estuvo un día sin sonreír...

"La adoración de Osvaldo Soriano por los gatos es tanto o más pública que su obra. Según cuenta el escritor en su Educación Sentimental, el día que nació había un gato esperándolo al otro lado de la puerta. Un gato negro de mirada contundente le trajo la solución para Triste, solitario y final; y otro, Vení, lo acompañó en el exilio y sólo murió al regreso a Buenos Aires. Hubo un gato Pulqui que fue mono, león, pirata y bandolero en su infancia; y otro llamado Peteco que lo sacó de apuros literarios. Soriano se separó de una chica sólo porque era alérgica a los gatos y dijo que un escritor sin felino es como un ciego sin lazarillo. Soriano no dejó ninguna novela sin gatos. Y confesó alguna vez ser uno de ellos: perezoso y distante”.

"Hidalgo", el caballo de Viggo también era como un "perro grande" en la película del mismo nombre (que, a mi es la que más me gusta)... y Harrison Ford sabía, cuando hacía de profesor aventurero, que debía seguir a las ratas para salir de un problemón que se le había presentado en ciertas catacumbas.

Bueno, Vaccaro, el nuevo director de la Sade, parece coincidir con todos nosotros... ya que cual Indiana Jones, agradece a las alimañas que seleccionaron con buen criterio el material del que se alimentaron durante tantos años en el sótano de la institución que ahora preside:

"Típico de un país que no valora lo realmente importante"

El viernes, 02 de octubre de 2009 a las 19:46

"CARTAS Y POEMAS DE GRANDES AUTORES, SALVADOS DE IR A LA BASURA. FUERON HALLADOS EN UN SÓTANO DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE ESCRITORES. ESTABAN EN MÁS DE TREINTA CARPETAS. SE RECUPERARON ENSAYOS DE ALMAFUERTE, CARTAS DE JOSÉ HERNÁNDEZ Y MÁS DE 2000 MANUSCRITOS.

Cuarenta hojas en letra manuscrita guardan las huellas de los primeros ensayos de Almafuerte, al escribir el poema "El misionero". Fechado en 1903, el poema es el mismo que más tarde, el pequeño Jorge Luis Borges le escuchará recitar a Evaristo Carriego y entenderá la emoción de la poesía.

"Decía Borges que, aunque no entendió una palabra del poema, pudo sentir la emoción de la poesía y fue entonces que decidió ser poeta", recuerda ahora Alejandro Vaccaro mientras sostiene aquellos folios del poema original.

Esos papeles, que guardan la letra de Almafuerte, su gesto, sus giros, estuvieron durante años, largos años, en una carpeta archivo, en el sótano de la Sade (Sociedad Argentina de Escritores), sin que nadie supiera de ella. Claro que en el mismo sótano había otras tantas carpetas, con otros muchos manuscritos, cartas, borradores, poemas, apuntes y notas de cuantas grandes firmas ha tenido la literatura argentina.

Allí, en la sala Leopoldo Marechal del edificio de la calle Uruguay de la Sade, su presidente, Vaccaro, recorre de una en una más de treinta carpetas archivo y va sacando papeles o más bien tesoros. Salen cartas, una enviada desde Montevideo y firmada por Esteban Echeverría en 1845; sale además un manuscrito de Rubén Darío con el borrador, tachonado y corregido de "La marcha triunfal", fechada en 1895; aparece una esquela de agradecimiento de Marcelo T. de Alvear, fechada en 1924; y también una carta de 1864 que José Hernández envió a su mujer bajo el encabezado de "Chinita querida", carta que cierra con la firma "Tu compañero Hernández"; hay además una serie de cartas de Domingo Faustino Sarmiento escritas en Nueva York en 1866, alguna de ellas en inglés; y un poema de Horacio Quiroga, en su propia caligrafía.

"Este bien podría ser uno de los descubrimientos más grandes de los últimos años, en lo que respecta a originales de materiales literarios", comentó Vaccaro. La pregunta, entonces, sería ¿cómo fue dicho hallazgo?, pero también ¿cómo es que nadie sabía de estos valiosos documentos?

El hallazgo fue el pasado viernes 25 de septiembre, según cuenta Vaccaro -que asumió la presidencia de la Sade en diciembre de 2008- en plan de limpieza en "ese lugar lleno de porquerías, libros tirados, papeles, mugre". Fue entonces que encontraron una serie de carpetas de lomos negros alineadas. "No sabíamos que tenían, pensé que habría documentación antigua, recibos, cosas sin importancia y dije: 'esto hay que tirarlo', pero al abrirlas encontramos un material increíble", comentó.

Registros de la existencia de ese material no había. "En alguna oportunidad escuché que la Sade tenía un museo con materiales de este tipo, pero nunca tuve ninguna precisión". Tal vez ese silencio en el que todos aquellos originales, producto de donaciones particulares, permanecieron durante largos años, fue lo que los salvó de los saqueos, ya que como cuenta Vaccaro, "es bien sabido que han sido robados gran parte de los materiales más valioso con los que la Sade contaba".

Ahora, bromea el presidente, "hay que hacer una nota de agradecimiento a las ratas, que han tenido la deferencia de no comerse estos valiosísimos papeles."

Thursday, October 01, 2009

"Las clases dominantes odian los sueños porque son incapaces de producir una poética del futuro"

Ante el fracaso de la reforma educativa heredada de Duhalde... se viene una nueva reforma: http://ar.news.yahoo.com/s/28092009/40/n-argentina-viene-nuevo-secundario-habra-mas.html

Ojalá sea: "la verdadera salvación" del sistema educativo. Parece ser más de lo mismo. Es increíble que sabiendo que el languideciente plan iba al desastre, se implementó igual y ya en este artículo (previo), se sospechaba que habría que esperar hasta el 2010...


"Utopía, una cultura en deuda
por Osvaldo Soriano

Artículo de 1987 pero pleno de vigencia

En estos tres años de democracia, o de transición a la democracia, como ha preferido llamarlos Juan Carlos Martini, hemos ganado un enorme espacio de libertad. Me pregunto qué hacemos con esta libertad y si no la estamos desperdiciando, o matando, simplemente por no utilizarla para debatir los grandes temas que la sociedad argentina aún no ha resuelto.

Me refiero a la lucha que deberíamos librar contra el oscurantismo que todavía nos amenaza: somos cautelosos ante la deuda externa, ante la reacción de la Iglesia, el Ejército y los burócratas sindicales. Eludimos la obligación de discutir y elaborar el pasado, como si aceptáramos clausurar el debate con la tesis simplista de que la lucha armada fue producto de la locura de unos pocos y que ella es culpable de todo lo que nos ha ocurrido.
Los que piensan así se contentan con la condena a unos pocos militares asesinos que fueron el brazo armado de una clase social aterrorizada ante la posibilidad de cambios que ponían en peligro su propia existencia.
Ahora el gobierno anuncia la era de la modernidad tecnológica sin tener en cuenta el contexto de dependencia, atraso, pobreza, analfabetismo y desocupación. Los partidos de izquierda no han sabido responder al desafío porque hay que reconocerlo, esgrimen ideas y plataformas que eran justas en 1910, pero aparecen hoy , decididamente anacrónicas.
En verdad, pocos quieren asumir la crisis en toda su dimensión, económica y moral. Las frases vacías y el cinismo intentan disimular la falta de un proyecto de sociedad que termine con el éxodo de los jóvenes, que nos saque de la dependencia y la humillación para hacernos libres en un mundo que entra de lleno en la revolución informática.
Resulta fácil, en este cuadro de situación, el entierro de las utopías y la aceptación del pragmatismo salvaje. Las clases dominantes odian los sueños porque son incapaces de producir una poética del futuro. Prefieren el pragmatismo, porque en el terreno de la eficiencia la derecha ha ganado siempre y lo demostró otra vez en el “Proceso de Reorganización Nacional” que liquidó una cultura que, al menos, creía en una sociedad mejor, más justa y solidaria.
No se trata de defender el estado de cosas que vivimos hasta el comienzo de la dictadura. La metodología de la violencia sin respaldo popular es indefendible. Creo que hoy debemos llamar la atención sobre la desesperanza, la indiferencia y el individualismo, creo que son la exacta contracara de una sociedad realmente democrática y solidaria. De pronto, muchos intelectuales han decidido eliminar de su discurso temas que son atribuidos a un pasado según ellos digno de ser enterrado: la miseria, la explotación y la marginación parecieran haber desaparecido de la Argentina simplemente porque no se los nombra, o porque son inaceptables para cualquier conciencia que se suponga honesta.
El imperialismo cambia y se adapta a los nuevos tiempos, mientras los intelectuales y los partidos que se dicen populares se quedan sin argumentos, o aceptan los del enemigo. La deuda externa, que es la nueva forma que adquiere la dominación, nos atará los pies, las manos y las ideas durante generaciones (hasta el año 2010 dicen los más optimistas) y esto no parece quitarle el sueño a mucha gente ni despertar la imaginación de quienes tenemos el deber de elaborar soluciones no convencionales. Pareciera que lo más cómodo es plegarse a las voces dominantes, aceptar la cautela paralizadora y el cuento del sentido común.
Sí, además, uno de cada dos jóvenes se quiere ir del país, ¿quién va a aportar, entonces, la cuota de locura que necesita toda gran empresa de cambio y de liberación?
La nuestra es una cultura en deuda dentro de una política de deuda . Son mayoría los intelectuales del Post-Proceso que se han vuelto cada vez más insulares y específicos. Fragmentarios, oscuros, eliitistas.
No les preocupan realmente las víctimas de un sistema inhumano:para ellos no existen condiciones feudales de explotación, no les interesan las luchas de Chile, de Sudáfrica, de Afganistán, ni la agresión a Nicaragua . Casi hasta les alegra que sea Reagan y no los pueblos quienes derroquen a dictadores anacrónicos como Marcos y Duvaler.
Nuestra cultura de solidaridad ha sido aniquilada y estamos aquí para cambiar ideas sobre su reconstrucción. Tenemos que advertir entonces, que por primera vez en mucho tiempo, la derecha elegante ha copado el universo de las ideas que hasta hace una década eran monopolio de las izquierdas más lúcidas.
Existe hoy una línea refinadamente reaccionaria que se viste de democrática y anticolonialista, porque ha tenido que volverse más presentable ante la opinión pública
En el diario Clarín, el ideólogo derechista francés Alain de Benoist lo explicó a grandes rasgos: los desencantados de la izquierda aceptan hoy las viejas ideas de la derecha tiñéndolas con las banderas más elementales del antiguo socialismo.
Esa derecha está financiada por las grandes corporaciones multinacionales. Se monta en los sueños frustrados de la izquierda y utiliza argumentos de pensadores marxistas como Antonio Gramsci. En los países dominantes aportó el sustento ideológico para las victorias de Reagan, de Margaret Thatcher, de Kohl, de Chirac o para copar a casi todos los gobiernos social-demócratas.
Nunca, desde entonces, los trabajadores han perdido tanto terreno en el plano de las conquistas sociales que costaron siglos de luchas sangrientas.
Sin embargo, leyendo a Alain de Benoist, pope de la nueva derecha, a uno le parece estar frente a alguno de nuestros pensadores de la izquierda descorazonada, del democratismo reflexivo.
No sé hasta qué punto el combate por una verdadera democracia involucra a la literatura.
Estoy seguro de que los escritores tenemos mucho que hacer. Pero no lo haremos todos juntos porque no estamos todos del mismo lado.
Quienes todavía creemos en los valores de la izquierda, tenemos que revisar nuestros argumentos. Recuperar las banderas de la fraternidad, de la denuncia, del progreso.
Uno de nuestros mayores pecados es la mezquindad No conseguimos poner de acuerdo los apetitos personales con los objetivos de la clase trabajadora derrotada en estos años trágicos. Y ante lo complejo de la tarea, hay quienes piensan, aunque no lo confiesen, que la mejor salvación es la salvación personal.
La verdadera salvación está en la audacia intelectual, en la locura creadora.
En la utopía, que mantiene viva la esperanza de que un día seamos mejores.- "

Osvaldo Soriano de
“ Rebeldes, soñadores y fugitivos”

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María Elsa Rodríguez nació en San Miguel (Buenos Aires, Argentina) en 1966. Supo que lo suyo no eran las obtusas matemáticas, y que los sueños la movilizaban más que la realidad. Estudió Cinematografía, Fotografía, Bibliotecología y Archivística (áreas estas dos últimas en las que desarrolló su labor profesional los últimos años, sin dejar de seguir ampliando en talleres, su interés por la dramaturgia y la literatura). Estrenó obras en teatro, publicó cuentos y su primera novela. Desde entonces, comparte algo de su material en los sitios que administra en la Web: • https://artistinconcluso.blogspot.com/ • http://unadextranjerosenyankilandia.blogspot.com/ • http://ailaviuforever.blogspot.com/ • https://www.facebook.com/Libros-para-olvidar-la-editorial-de-los-libros-perdidos-984324104963181/