"Cada hoja es todas las hojas del innumerable Arbol de los Relatos"

Thursday, April 24, 2008

Balada del amor imposible


“Los cronistas más serios del barrio del Angel Gris coinciden en destacar la propensión de sus habitantes hacia los amores imposibles.
Así, mientras los jóvenes de otros barrios se enamoran de muchachas groseramente posibles, los hombres de Flores parecen condenados a amar _casi siempre en secreto_ a mujeres que no serán de ellos.
Y en honor a estas damas es que los Hombres Sensibles hacen lo que hacen.
Algunos emprenden desde chicos el estudio del violín, únicamente para aprender a tocar un vals en obsequio de su amada. No importa que ella no alcance jamás a oírlo. Ese no es el punto.
Otros indagan los secretos de la versificación y se sumergen en el dolor para lograr una poesía. (…) Cada semana los enamorados de Flores reciben el consejo de sus amigos sabios de otras barriadas.
_ ¿Por qué amar a la Gran Marquesa del Norte, que es en realidad un duende? ¿Por qué no conformarse con la hija del yesero?
Son voces tentadoras que exponen las ventajas del amor razonable.
A estas exhortaciones, los Hombres Sensibles responden _no sin acierto_ que en el amor no existe libre albedrío y que nadie puede decidir de quien va a enamorarse. (…) Los tratadistas de Villa del Parque y los Refutadotes de Leyendas sostienen que buscar pareja es una tarea enteramente racional y hasta científica. (…) Tratando de reducir el número de desencuentros amorosos en beneficio de la felicidad general, los Refutadotes de Leyendas con la ayuda de dos contadores de la Sociedad de Fomento de Villa Malcolm, prepararon las “Tablas del Amor Infalible”, especie de regla de cálculo según la cual las medidas del cuerpo del hombre, su coeficiente intelectual, su edad, su educación, fortuna y berretines determinaban de un modo preciso a la mujer más conveniente para sus planes amorosos.
Esto es ni más ni menos que la refutación de una leyenda o _lo que es peor_ su reducción a términos científicos. La leyenda es esta:
“Hay para cada hombre una mujer, una sola, que reúne todas las virtudes que ese hombre sueña. Su belleza está hecha para deslumbrar a ese hombre. Su voz ha sido creada para seducirlo. Su inteligencia, para suscitarle y sugerirle ideas amables. Su ternura, para hacerle dulce el diario sufrimiento. Esa mujer existe y anda por esas calles. Pero el destino ha decidido que nunca jamás se crucen los caminos de ningún hombre con la mujer que para él fue concebida.”
(…)Los caballeros exitosos no conocerán jamás la verdadera esencia del amor imposible. Ellos jamás juegan su vida a una sola baraja. Con toda prudencia realizan inversiones en uno y otro lugar para compensar con unas las pérdidas ocasionadas por otras.
Sólo cuatro veces en doce años vio Alonso Quijano a Aldonza Lorenzo.
Jamás cruzaron palabra. Pero eso le bastó para vivir en ella y por ella. Sin esperar recompensa.
Por eso, señores, si acaso atesoran ustedes uno de estos metejones locos, a no arrepentirse. Sigan soñando y esperando lo imposible. Aunque sepamos que nuestras ilusiones no habrán de cumplirse nunca, sigamos acariciándolas. Lo contrario sería _ como pensaba Wimpy_ confundir una ilusión con un pagaré.
Será una larga jornada. Muchas veces tendremos ganas de contar nuestra pena, pero no podremos hacerlo, para no profanarla. Siempre estaremos solos y tristes, pero no es para tanto. Después de todo, ya se sabe que los únicos paraísos son los perdidos.”

Alejandro Dolina, adaptación de “Crónicas del Angel Gris”

Wednesday, April 23, 2008

Los ojos verdes

En la contratapa de: “Leyendas, de Gustavo Adolfo Bécquer”, de Editorial Kapelusz, se lee: “¡Extraño destino el de los creadores! A menudo, como en el caso de Bécquer, necesitan de la muerte para entrar en esa vida eterna que es la fama. Porque sus libros, que hoy figuran entre los más leídos y releídos de la literatura de lengua castellana, solo vieron la luz cuando ya la sombra impenetrable había caído sobre el artista. (…) Dueño de una expresión donde lo plástico y lo musical se combinan en armonías perfectas, el autor nos introduce en un universo fantástico que es el otro modo de la realidad”




Los ojos verdes



"Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir cualquier cosa con este título. Hoy, que se me ha presentado ocasión, lo he puesto con letras grandes en la primera cuartilla de papel, y luego he dejado a capricho volar la pluma.
Yo creo que he visto unos ojos como los que he pintado en esta leyenda. No sé si en sueños, pero yo los he visto. De seguro no los podré describir tal cuales ellos eran: luminosos, transparentes como las gotas de la lluvia que se resbalan sobre las hojas de los árboles después de una tempestad de verano. De todos modos, cuento con la imaginación de mis lectores para hacerme comprender en este que pudiéramos llamar boceto de un cuadro que pintaré algún día.
I
-Herido va el ciervo..., herido va... no hay duda. Se ve el rastro de la sangre entre las zarzas del monte, y al saltar uno de esos lentiscos han flaqueado sus piernas... Nuestro joven señor comienza por donde otros acaban... En cuarenta años de montero no he visto mejor golpe... Pero, ¡por San Saturio, patrón de Soria!, cortadle el paso por esas carrascas, azuzad los perros, soplad en esas trompas hasta echar los hígados, y hundid a los corceles una cuarta de hierro en los ijares: ¿no veis que se dirige hacia la fuente de los Álamos y si la salva antes de morir podemos darlo por perdido? (...)
-¡Alto!... ¡Alto todo el mundo! -gritó Iñigo entonces-. Estaba de Dios que había de marcharse.
Y la cabalgata se detuvo, y enmudecieron las trompas, y los lebreles dejaron refunfuñando la pista a la voz de los cazadores.
En aquel momento, se reunía a la comitiva el héroe de la fiesta, Fernando de Argensola, el primogénito de Almenar.
-¿Qué haces? -exclamó, dirigiéndose a su montero, y en tanto, ya se pintaba el asombro en sus facciones, ya ardía la cólera en sus ojos-. ¿Qué haces, imbécil? Ves que la pieza está herida, que es la primera que cae por mi mano, y abandonas el rastro y la dejas perder para que vaya a morir en el fondo del bosque. ¿Crees acaso que he venido a matar ciervos para festines de lobos?
-Señor -murmuró Iñigo entre dientes-, es imposible pasar de este punto.
-¡Imposible! ¿Y por qué?
-Porque esa trocha -prosiguió el montero- conduce a la fuente de los Álamos: la fuente de los Álamos, en cuyas aguas habita un espíritu del mal. El que osa enturbiar su corriente paga caro su atrevimiento. (...) Caballo y jinete partieron como un huracán. Iñigo los siguió con la vista hasta que se perdieron en la maleza; después volvió los ojos en derredor suyo; todos, como él, permanecían inmóviles y consternados. (...)

II
-Tenéis la color quebrada; andáis mustio y sombrío. ¿Qué os sucede? Desde el día, que yo siempre tendré por funesto, en que llegasteis a la fuente de los Álamos, en pos de la res herida, diríase que una mala bruja os ha encanijado con sus hechizos. (...) Después de un largo silencio, que sólo interrumpía el chirrido de la hoja al resbalar sobre la pulimentada madera, el joven exclamó, dirigiéndose a su servidor, como si no hubiera escuchado una sola de sus palabras:
-Iñigo, tú que eres viejo, tú que conoces las guaridas del Moncayo, que has vivido en sus faldas persiguiendo a las fieras, y en tus errantes excursiones de cazador subiste más de una vez a su cumbre, dime: ¿has encontrado, por acaso, una mujer que vive entre sus rocas?
-¡Una mujer! -exclamó el montero con asombro y mirándole de hito en hito.
-Sí -dijo el joven-, es una cosa extraña lo que me sucede, muy extraña... Creí poder guardar ese secreto eternamente, pero ya no es posible; rebosa en mi corazón y asoma a mi semblante. Voy, pues, a revelártelo... Tú me ayudarás a desvanecer el misterio que envuelve a esa criatura que, al parecer, sólo para mí existe, pues nadie la conoce, ni la ha visto, ni puede dame razón de ella.
El montero, sin despegar los labios, arrastró su banquillo hasta colocarse junto al escaño de su señor, del que no apartaba un punto los espantados ojos... Éste, después de coordinar sus ideas, prosiguió así:
-Desde el día en que, a pesar de sus funestas predicciones, llegué a la fuente de los Álamos, y, atravesando sus aguas, recobré el ciervo que vuestra superstición hubiera dejado huir, se llenó mi alma del deseo de soledad.
Tú no conoces aquel sitio. Mira: la fuente brota escondida en el seno de una peña, y cae, resbalándose gota a gota, por entre las verdes y flotantes hojas de las plantas que crecen al borde de su cuna. Aquellas gotas, que al desprenderse brillan como puntos de oro y suenan como las notas de un instrumento, se reúnen entre los céspedes y, susurrando, susurrando, con un ruido semejante al de las abejas que zumban en torno a las flores, se alejan por entre las arenas y forman un cauce, y luchan con los obstáculos que se oponen a su camino, y se repliegan sobre sí mismas, saltan, y huyen, y corren, unas veces con risas; otras, con suspiros, hasta caer en un lago. En el lago caen con un rumor indescriptible. Lamentos, palabras, nombres, cantares, yo no sé lo que he oído en aquel rumor cuando me he sentado solo y febril sobre el peñasco a cuyos pies saltan las aguas de la fuente misteriosa, para estancarse en una balsa profunda cuya inmóvil superficie apenas riza el viento de la tarde.
Todo allí es grande. La soledad, con sus mil rumores desconocidos, vive en aquellos lugares y embriaga el espíritu en su inefable melancolía. En las plateadas hojas de los álamos, en los huecos de las peñas, en las ondas del agua, parece que nos hablan los invisibles espíritus de la Naturaleza, que reconocen un hermano en el inmortal espíritu del hombre.
Cuando al despuntar la mañana me veías tomar la ballesta y dirigirme al monte, no fue nunca para perderme entre sus matorrales en pos de la caza, no; iba a sentarme al borde de la fuente, a buscar en sus ondas... no sé qué, ¡una locura! El día en que saltó sobre ella mi Relámpago, creí haber visto brillar en su fondo una cosa extraña.., muy extraña..: los ojos de una mujer. (...)
Por último, una tarde... yo me creí juguete de un sueño...; pero no, es verdad; le he hablado ya muchas veces como te hablo a ti ahora...; una tarde encontré sentada en mi puesto, vestida con unas ropas que llegaban hasta las aguas y flotaban sobre su haz, una mujer hermosa sobre toda ponderación. Sus cabellos eran como el oro; sus pestañas brillaban como hilos de luz, y entre las pestañas volteaban inquietas unas pupilas que yo había visto..., sí, porque los ojos de aquella mujer eran los ojos que yo tenía clavados en la mente, unos ojos de un color imposible, unos ojos...
-¡Verdes! -exclamó Iñigo con un acento de profundo terror e incorporándose de un golpe en su asiento.
Fernando lo miró a su vez como asombrado de que concluyese lo que iba a decir, y le preguntó con una mezcla de ansiedad y de alegría:
-¿La conoces?
-¡Oh, no! -dijo el montero-. ¡Líbreme Dios de conocerla! Pero mis padres, al prohibirme llegar hasta estos lugares, me dijeron mil veces que el espíritu, trasgo, demonio o mujer que habita en sus aguas tiene los ojos de ese color. Yo os conjuro por lo que más améis en la tierra a no volver a la fuente de los álamos. Un día u otro os alcanzará su venganza y expiaréis, muriendo, el delito de haber encenagado sus ondas. (...)
III
-¿Quién eres tú? ¿Cuál es tu patria? ¿En dónde habitas? Yo vengo un día y otro en tu busca, y ni veo el corcel que te trae a estos lugares ni a los servidores que conducen tu litera. Rompe de una vez el misterioso velo en que te envuelves como en una noche profunda. Yo te amo, y, noble o villana, seré tuyo, tuyo siempre.
El sol había traspuesto la cumbre del monte; las sombras bajaban a grandes pasos por su falda; la brisa gemía entre los álamos de la fuente, y la niebla, elevándose poco a poco de la superficie del lago, comenzaba a envolver las rocas de su margen.
Sobre una de estas rocas, sobre la que parecía próxima a desplomarse en el fondo de las aguas, en cuya superficie se retrataba, temblando, el primogénito Almenar, de rodillas a los pies de su misteriosa amante, procuraba en vano arrancarle el secreto de su existencia.
Ella era hermosa, hermosa y pálida como una estatua de alabastro. Y uno de sus rizos caía sobre sus hombros, deslizándose entre los pliegues del velo como un rayo de sol que atraviesa las nubes, y en el cerco de sus pestañas rubias brillaban sus pupilas como dos esmeraldas sujetas en una joya de oro.
Cuando el joven acabó de hablarle, sus labios se removieron como para pronunciar algunas palabras; pero exhalaron un suspiro, un suspiro débil, doliente, como el de la ligera onda que empuja una brisa al morir entre los juncos.
-¡No me respondes! -exclamó Fernando al ver burlada su esperanza-. ¿Querrás que dé crédito a lo que de ti me han dicho? ¡Oh, no!... Háblame; yo quiero saber si me amas; yo quiero saber si puedo amarte, si eres una mujer...
-O un demonio... ¿Y si lo fuese?
El joven vaciló un instante; un sudor frío corrió por sus miembros; sus pupilas se dilataron al fijarse con más intensidad en las de aquella mujer, y fascinado por su brillo fosfórico, demente casi, exclamó en un arrebato de amor:
-Si lo fueses.:., te amaría..., te amaría como te amo ahora, como es mi destino amarte, hasta más allá de esta vida, si hay algo más de ella.
-Fernando -dijo la hermosa entonces con una voz semejante a una música-, yo te amo más aún que tú me amas; yo, que desciendo hasta un mortal siendo un espíritu puro. No soy una mujer como las que existen en la Tierra; soy una mujer digna de ti, que eres superior a los demás hombres. Yo vivo en el fondo de estas aguas, incorpórea como ellas, fugaz y transparente: hablo con sus rumores y ondulo con sus pliegues. Yo no castigo al que osa turbar la fuente donde moro; antes lo premio con mi amor, como a un mortal superior a las supersticiones del vulgo, como a un amante capaz de comprender mi caso extraño y misterioso.
Mientras ella hablaba así, el joven absorto en la contemplación de su fantástica hermosura, atraído como por una fuerza desconocida, se aproximaba más y más al borde de la roca.
La mujer de los ojos verdes prosiguió así:
-¿Ves, ves el límpido fondo de este lago? ¿Ves esas plantas de largas y verdes hojas que se agitan en su fondo?... Ellas nos darán un lecho de esmeraldas y corales..., y yo..., yo te daré una felicidad sin nombre, esa felicidad que has soñado en tus horas de delirio y que no puede ofrecerte nadie... Ven; la niebla del lago flota sobre nuestras frentes como un pabellón de lino...; las ondas nos llaman con sus voces incomprensibles; el viento empieza entre los álamos sus himnos de amor; ven..., ven.
La noche comenzaba a extender sus sombras; la luna rielaba en la superficie del lago; la niebla se arremolinaba al soplo del aire, y los ojos verdes brillaban en la oscuridad como los fuegos fatuos que corren sobre el haz de las aguas infectas... Ven, ven... Estas palabras zumbaban en los oídos de Fernando como un conjuro. Ven... y la mujer misteriosa lo llamaba al borde del abismo donde estaba suspendida, y parecía ofrecerle un beso..., un beso...
Fernando dio un paso hacía ella..., otro..., y sintió unos brazos delgados y flexibles que se liaban a su cuello, y una sensación fría en sus labios ardorosos, un beso de nieve..., y vaciló..., y perdió pie, y cayó al agua con un rumor sordo y lúgubre.
Las aguas saltaron en chispas de luz y se cerraron sobre su cuerpo, y sus círculos de plata fueron ensanchándose, ensanchándose hasta expirar en las orillas."


Gustavo Adolfo Becquer, adaptación

Balada de la Primera Novia


“El poeta Jorge Allen tuvo su primera novia a la edad de doce años. Guarden las personas mayores sus sonrisas condescendientes. Porque en la vida de un hombre hay pocas cosas más serias que su amor inaugural.
Por cierto, los Refutadotes de Leyendas y los aplicadores de inyecciones parecen opinar en forma diferente y resaltan en sus discursos la importancia del automóvil, la higiene, las tarjetas de crédito y las comunicaciones instantáneas. El pensamiento de estas gentes no debe preocuparnos. Después de todo han venido al mundo con propósitos tan diferentes de los nuestros, que casi es imposible que nos molesten.”
“Ocupémonos de la novia de Allen. Su nombre se ha perdido para nosotros, no lejos de Patricia o Pamela. Fue tal vez, morocha y linda.”
“El poeta niño la quiso con gravedad y temor (…) después de una triste fiestita de fin de curso, ya no volvió a verla ni a tener noticias de ella. (…) La noche que cumplía treinta y tres años, el poeta supo que había legado el momento de ir a buscarla. (…) Pidió socorro a sus amigos, los Hombres Sensibles de Flores. Por suerte estos espíritus tan proclives al macaneo metafísico tenían una noción contante y sonante de la ayuda.
(…) Los meses que siguieron fueron infructuosos. Algunas mujeres de la barriada se enteraron de la búsqueda y fingieron ser la Primera Novia para seducir al poeta. (…) A fines de ese año, Manuel Mandeb concibió con astucia la idea de organizar una fiesta de ex alumnos en la escuela del poeta. (…) El petiso Cáceres dijo haberla visto una vez en Paso del Rey. Y alguien se la había cruzado en el tren que va a Moreno. (…) Durante los días siguientes los Hombres Sensibles de Flores recorrieron Paso del Rey. (…) Finalmente el día que Jorge Allen cumplía treinta y cuatro años, descubrieron la casa (…) Al rato salió una mujer gorda, morochita, vencida, avejentada. Un gesto forastero le habitaba el entrecejo. La boca se le estaba haciendo cruel. Los años son pesados con algunas personas. (…)”
“_Busco a una compañera de colegio _dijo_. Soy Allen, sexto grado B, turno mañana, la chica se llamaba Gómez.
La mujer abrió los ojos y una niña de doce años sonrió dentro suyo. (…) _Nos han dicho que vive por aquí… Yo soy Manuel Mandeb, mucho gusto.
Y apretó la mano de la mujer con toda la fuerza de su alma, mientras le clavaba una mirada de súplica, de inteligencia o quizás de amenaza.
Tal vez inspirada por los ángeles que siempre cuidan a los chicos, ella comprendió.
_Encantada _ murmuró_ Pero lamento no conocer a esa persona. Le habrán informado mal.
_Por un momento pensé que era usted _respiró Allen_ (…) es indispensable buscar a la Primera Novia. El hombre sabio deberá cuidar _ eso si_ el detenerse a tiempo, antes de encontrarla.
El camino está lleno de hondas y entrañables tristezas. Jorge Allen siguió recorriendo hasta que él mismo se perdió en los barrios hostiles junto con todos los Hombres Sensibles.”


Alejandro Dolina, adaptación.

El querìa un amor y no una actriz...

Dice Páez, en este fragmento de: "La Verónica", sumándose a la banda de los “hombres sensibles”…

"No se filmó en Portugal,

eso no estaba en su plan

ella deshizo valijas,

prendió un cigarrillo y bajó a la ciudad

Roma no estaba tan mal,

debo admitir nada mal

algo mantiene el hechizo pensó,

y se dejó llevar

por un tipo que bajaba solo

por la calle del calvario

plano secuencia real,

solo debo caminar

si de algo estaba segura

era que su Verónica no iba a llorar

Tarde de crucifixión,

clavan al hijo de Dios

guarda el guión en un bolso amarillo

y se tira al sol ... a bailar

todas las vidas cayeron al mar

y es tan suave verlas

todas las vidas cayeron al mar

y se van, y se van, y se van

Ella quiso hacerlo tan feliz...

Exterior / día / toma 22

y el sudor de Cristo

dibujado sobre un manto.

Todas las vidas cayeron al mar

y es tan suave verlas

todas las vidas cayeron al mar

y se van, y se van, y se van

Ella quiso hacerlo tan feliz

Él quiso un amor y no una actriz

ella quiso hacerlo tan feliz..."

Alejandro Dolina, no entra en la onda de Saramago y Fito Páez y mantiene un melancólico pesimismo en lo que respecta al encuentro del amor verdadero o definitivo. En sus: “Crónicas del Angel Gris”, nos relata sucesos acaecidos en el mágico Barrio de Flores, vivenciados por los famosos Hombres Sensibles, acuciados por novias de antaño, aparecidos y refutadotes de leyendas, como en "La balada de la primera novia" ó "La balada del amor imposible"

La barca de piedra, un fragmento

“Hay una mujer esperándole. Se detuvo José Anaico a la entrada de la sala, vio a una mujer joven, una muchacha, tiene que ser esta, no hay aquí nadie más, pese a estar en el contraluz de los visillos parece simpática, bonita, lleva pantalón y chaqueta azul, de un tono que debe ser añil, tanto puede ser periodista como no serlo, pero al lado de la silla donde se sienta tiene una maletita de viaje y en las rodillas un palo ni pequeño ni grande, entre un metro y metro y medio, el efecto es perturbador, una mujer vestida así no anda por la ciudad con un palo en la mano. No será periodista, pensó José Anaico, por lo menos no están a la vista los instrumentos de su oficio, cuadernillo, bolígrafo, grabadora.
La mujer se levanta, y este gesto, inesperado, pues está dicho que las señoras, según el ritual de etiqueta y buenas maneras, deben esperar en sus lugares a que los hombres se aproximen y las saluden, entonces ofrecerán la mano o darán la mejilla, de acuerdo a la confianza o el grado de intimidad o su naturaleza, y compondrán su sonrisa de mujer, educada, o insinuante, o cómplice, o reveladora, depende. Este gesto, quizá no el gesto, sino el estar allí, a cuatro pasos, de pie una mujer esperando, o, en vez de eso, la súbita conciencia de que se ha suspendido el tiempo mientras no se da el primer paso, verdad es que el espejo es testigo, pero de un momento anterior, en el espejo, José Anaico y la mujer aún son dos extraños, de este lado no, aquí, porque van a conocerse, se conocen ya. Este gesto, este gesto del que antes no se puede decir todo, hizo que se moviese el suelo de tablas como un convés, el arfar de un barco en la ola, lento y amplio, esta impresión no es comparable al conocido temblor de que habla Pedro Orce, no le vibran los huesos a José Anaico, pero todo su cuerpo sintió física y materialmente sintió, que la península, aún así llamada por costumbre y comodidad de expresión, de hecho y de naturaleza va navegando, solo lo sabía por observación exterior, ahora lo sabe por sensación propia”

José Saramago

¿Podría Saramago vivir sin escribir?

Ante la pregunta, el hombre contesta: “Todo el mundo puede vivir sin escribir. Esa idea de si no escribo muero, eso no es así.”
Claro, se explica esta postura, si uno piensa en que “Cerca de él, como a un costado (si no está, solo es cuestión de esperar unos segundos), seguro está Pilar.”

José Saramago, el ganador del Nobel de Literatura 1998, alcanzó notoriedad aún mayor que la de Liliana Bodoc (en lo que se refiere a la edad y a la dimensión de su obra). Lo de él es aún más interesante. Una periodista española, le fue a agradecer que su libro le cambiara la vida… cambiando de esta manera la de él. En una nota de la Revista “Viva” de Clarín, detallan este primer encuentro digno de Hollywood, que: “quedó pintado en “La balsa de piedra”, la más bella metáfora que pudo dibujar Saramago para describir la movida de piso que la señora le produjo. En la novela, Pilar aparece como Joana Carda, “Doña ojos no se bien qué”, que es la responsable de hacer una grieta que va a extenderse a todo lo largo de los Pirineos, hasta separar del continente europeo toda la península Ibérica, convertida así en una enorme isla flotante. Y todo porque a la mujer se le ocurrió trazar, así como al pasar, una raya en el suelo con un palito de negrillo. (…)”
Pilar cuenta que no sabía como seguiría su vida al terminar de leer “El año de la muerte de Ricardo Reis”
“Demoré mucho para terminarlo porque ¿Qué iba a hacer el resto de mi vida? (…) Yo supe que algo iba a pasar, pero sin ninguna ansiedad, sin nada. Simplemente cuando llegó llegó”,
admite como si fuera o más normal del mundo.
“Donde estaba José, Joana estaba, aunque ninguno de ellos sepa decir por ahora por qué y para qué, o sabiéndolo ya, no se atrevería".

Al otro lado de la linea, dicen: "Hola"

Liliana Bodoc, según la siguiente crónica de la Revista de La Nación, con el título: “Cosecha tardía”, narra su mutación de ama de casa a la versión local de J. K. Rowling, cuando le publicaron “La saga de los confines”.

“Las manos de la mujer resbalan sobre el teclado del teléfono. La manos largas lindas fuertes, el pelo largo lindo desesperado. Ha abierto su casilla de mails después de veinte días sin hacerlo y ha encontrado cuatro, cinco, siete mensajes. Todos los mensajes son del mismo hombre, todos los mensajes dicen lo mismo: que se comunique urgente. Por eso, ahora, las manos de la mujer resbalan sobre el teclado del teléfono y no logran dar con los números correctos mientras repasa, angustiada, la mejor forma de explicarlo todo _ estaba de vacaciones, no tiene hábito de mirar los mails, las personas como ella (ama de casa, profesora, madre de dos) no reciben mails y, si los reciben, nunca son urgentes_ cuando el hombre al otro lado de la línea dice: “Hola”.
Y asì es como la vida de la mujer empieza a cambiar.”

¿Será contagioso?

Una autora que presentaba su nouvelle el mes pasado, me autografió su obra de la siguiente manera: “Que te pique el mismo bicho…”, haciendo alusión a mi deseo de publicar.

¿Será vidente?

Monday, April 21, 2008

No soy actor de lo que fui

Spaguetti del rock

Pistones de un curioso motor de humanidad
resortes viejos de este amor que va
Memoria hostil de un tiempo de paz sin paz
narices frías de una noche atrás
besos por celular
las momias de este amor
piden el actor de lo que fui
Pantalla de la muerte y de la canción
proyectos de un nuevo spaghetti del rock
cíclope de cristal devora ambición
vomita modelos de ficción
Remontar el barrilete en esta tempestad
sólo hará entender que ayer no es hoy
que hoy es hoy y que no soy actor de lo que fui
Besos por celular
las momias de este amor
piden el actor de lo que fui
Remontar el barrilete en esta tempestad
hará entender que ayer no es hoy
que hoy es hoy y que no soy actor de lo que fui.

de Divididos, la canción más Beatle de todas

Saturday, April 19, 2008

In my life

"There are places I'll remember

All my life though some have changed


Some forever not for better


Some have gone and some remain


All these places have their moments


With lovers and friends


I still can recall


Some are dead and some are living


In my life I've loved them all


But of all these friends and lovers


There is no one compares with you


And these memories lose their meaning


When I think of love as something new


Though I know I'll never lose affection


For people and things that went before


I know I'll often stop and think about them


In my life I love you more


Though I know I'll never lose affection


For people and things that went before


I know I'll often stop and think about them


In my life I love you more


In my life I love you more"






Un grupo de autores de letras de canciones pop proclamó a "In My Life" (En mi vida), de los Beatles, como la mejor canción de la historia.La canción autobiográfica de John Lennon, que apareció en el álbum "Rubber Soul" de 1965 y me encanta...




Hay lugares que recordaré toda mi vida,


Aunque algunos han cambiado.


Algunos para siempre, no para mejor,


Algunos se han ido y otros aun existen.


Todos esos lugares tienen sus momentos


Con amantes y amigos que aun puedo recordar.


Algunos han muerto y otros viven,


En mi vida los he amado a todos.


Pero de todos esos amantes y amigos


No hay nadie que pueda compararse contigo.


Y estas memorias pierden su sentido


Cuando pienso en el amor como algo nuevo.


Aunque sé que nunca perderé el afecto


Por las personas y cosas que se fueron antes,


Sé que a menudo pararé y pensaré en ellas,


En mi vida te querré a ti más.


Aunque sé que nunca perderé el afecto


Por las personas y cosas que se fueron antes,


Sé que a menudo pararé y pensaré en ellas,


En mi vida te querré a ti más.


En mi vida te querré a ti más.

Es tiempo de volver a mi

Volver a mí




Estoy tragándome el dolor

mordiendo el polvo del amor

vivo solo y encerrado en una gran habitación

esperando una maldita decisión.

Pensándolo un poco mejor

no sé quién te crees que sos

no me vas a hacer el juego,

soy la luz y soy el gas

y ya no me queda tiempo para vos.

Es hora de volver a mí,

a contar las cosas que me hacían bien, de verdad

es hora de volver a mí,

a cantar yo necesito ver el sol, de verdad.

Tenías que fallarme así

no es fácil hacerme sufrir pero vos tenías las llaves

de la ventana que da al infierno aquel

y yo estaba entre la espada y la pared.

No puedes explicármelo

no hay forma de explicárselo

es posible que me traigas un perfume del pasado

pero nunca más el néctar de la flor.

Es hora de volver a mí, a contar

yo necesito ver el sol, de verdad

es hora de volver a mí, a cantar

las cosas que me hacían bien, de verdad.

Es hora de volver a mí, a cantar

es hora de volver a mí, a brillar es hora de volver a mí,

una vez más yo necesito ver el sol, de verdad.



Fito Páez


El otro yo


Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la naríz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.
El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente , se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse imcómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.
Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañama siguiente se habia suicidado.
Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.
Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas.
Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: «Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte y saludable».
El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.

Mario Benedetti

Monday, April 14, 2008

Skovbo

Extraño mucho mi Pentax K1000...
y lo que tengo frescos son los pies,
una pena.

"Un Beso De Esos

Y te acordarás de noches
ya entrando en invierno
cuando volvíamos solos
vos y yo con las estrellas
y la luna, hablando poco,
sin horizontes, quietos
con ojos en las mansas
curvas de la carretera
desierta, manos y caras
tan cerca, sin saber
pero sabiendo a lo mejor
algo, cómodos juntos,
disfrutando el viaje
por ese nuevo mundo,
esa vida, esos minutos,
esas horas sin contar.
Sin prisa, sin dudas,
sin más que la sencilla
alegría de conocernos.

La verdad, aunque moleste,
es contagiosa. Encuentro
árboles que se agachan
dondequiera que vaya,
contándome sus secretos.
Me empapa la lluvia roja
y azul, de tantos colores.
Sos la isla que imagino.
Oigo arranques inciertos
de un antiguo piano ruso
que se ahoga, deslizando
pobres preludios, callando
hacía un mejor silencio.
Noto cambios en tu piel,
ruidos salen de tus dedos.
Tu mirada es de buho, fija
y luminosa, guiándome
para que siga tu soñar.
Estoy de acuerdo con todo
lo que me enviás.
Tu voz parte la niebla, mis labios
beben golpes de tu tambor,
preciosa jaula de costillas
que vibra con gritos acabados.
Duele la fuerza del bienestar,
de nuestra limpia conexión.

Doy gracias a la misteriosa
clemencia de todo lo santo
que te puso en mi camino.
Podríamos rastrear juntos
si queremos ver lo que hay
adelante, avanzar mano
en mano, boca a boca,
unidos por las tripas,
la memoria, brindando
por el futuro regalado.
Agradezco inundación
del Sí. No cabe miedo
en el repentino paraíso
que alimenta la ternura.
Te quiero lavar, peinar,
y no te secaré. Quiero
que te acostés sobre mí,
que me moje, me derrita
y me hunda la pureza
de tu deseo. Me enfermo,
lo acepto. Llamás, contesto.
No supe hasta que te fuiste,
ni sé ahora que no estás,
cuanto habías querido ver,
cuanto quedó por decir.

Cuando anoche me frenó
tu sabio reconocimiento
del despegue que intenté
negar me preguntaste
si me faltaba algo. Vos,
dije. Te busco bajo
este cielo de invierno,
despierto, pronunciando
nuestro frágil idioma,
lengua propia, palabras
hundidas en los huesos,
sal que me tiñe la boca
con huellas de tu ausencia.
Volé de noche y me asustó
no hallarte. Extraño tu luz,
tu aire que salva y cura.
Tengo barba, te aviso.
Me llena saber de vos
y quiero que lo sepas.
Respiro con vos. Guardo
las caricias que me diste
y te las voy a devolver
cuando llegue la ocasión.

No sé de donde vino
esa calima, esa cara
de ojo por ojo, ese labio
superior. Sigo sin idea
de otra música, añorando
la sombra de tu parpadeo.
Aún te huelo. Cierro cortinas
para ver lo que dejaste.
Ahorco preguntas, respuestas.
En vano intento curar dudas
fingiendo que no importan.
Tu cuerpo es mi mundo,
todo lo que veo. Tu sol
quiero ser, y ponerme
en tus hombros, sentirte
cerrar los ojos en el nido
de nuestro descanso. Adoro
la marcha de tu corazón,
esa corriente de sangre
que marca el compás
de mi averiado andar. Quedan
brasas del inesperado
desvelo. Recuerdo sin falta,
sin pena, sin fin la hermosura
de la sorpresa, la luna
apenas completandose, rodillas frías,
maleta sin hacer, las fotos
y frases colgadas en el espejo,
el despertador mudo, nariz
contra sábana.
Tu cuerpo es mi mundo.
Acabáme la vida
con un beso de esos."


-Viggo Mortensen, from Skovbo

Friday, April 11, 2008

Hoja de Niggle

de: JOHN RONALD REUEL TOLKIEN

"Había una vez un pobre hombre llamado Niggle, que tenía que hacer un largo viaje. El no quería; en realidad, todo aquel asunto le resultaba enojoso, pero no estaba en su mano evitarlo. Sabía que en cualquier momento tendría que ponerse en camino, y sin embargo no apresuraba los preparativos.
Niggle era pintor. No muy famoso, en parte porque tenía otras cosas que atender, la mayoría de las cuales se le antojaban un engorro; pero cuando no podía evitarlas (lo que en su opinión ocurría con excesiva frecuencia) ponía en ellas todo su empeño. Las leyes del país eran bastante estrictas. Y existían además otros obstáculos. Algunas veces se sentía un tanto perezoso y no hacía nada. Por otro lado, era en cierta forma un buenazo. Ya conocen esa clase de bondad. Con más frecuencia lo hacía sentirse incómodo que obligado a realizar algo. E incluso cuando pasaba a la acción, ello no era óbice para que gruñese, perdiera la paciencia y maldijese (la mayor parte de las veces por lo bajo)
En cualquier caso lo llevaba a hacer un montón de chapuzas para su vecino el señor Parish, que era cojo. A veces incluso echaba una mano a gente más distantes si acudían a él en busca de ayuda. Al mismo tiempo, y de cuando en cuando, recordaba su viaje y comenzaba sin mucha convicción a empaquetar algunas cosillas. en estas ocasiones no pintaba mucho. Tenía unos cuantos cuadros comenzados, casi todos demasiado grandes y ambiciosos para su capacidad. Era de esa clase de pintores que hacen mejor las hojas que los árboles. Solía pasarse infinidad de tiempo con una sola hoja, intentando captar su forma, su brillo y los reflejos del rocío en sus bordes. Pero su afán era pintar un árbol completo, con todas las hojas de un mismo estilo y todas distintas.
Había un cuadro en especial que le preocupaba. Había comenzado como una hoja arrastrada por el viento y se había convertido en un árbol. Y el árbol creció, dando numerosas ramas y echando las más fantásticas raíces. Llegaron extraños pájaros que se posaron en las ramitas, y hubo que atenderlos. Después, todo alrededor del árbol y detrás de él, en los espacios que dejaban las hojas y las ramas, comenzó a crecer un paisaje. Y aparecieron atisbos de un bosque que avanzaba sobre las tierras de labor y montañas coronadas de nieve. Niggle dejó de interesarse por sus otras pinturas. O si lo hizo fue para intentar adosarlas a los extremos de su gran obra. Pronto el lienzo se había ampliado tanto que tuvo que echar mano de una escalera; y corría, arriba y abajo, dejando una pincelada aquí, borrando allá unos trazos. Cuando llegaban visitas se portaba con la cortesía exigida, aunque no dejaba de jugar con el lápiz sobre la mesa. Escuchaba lo que le decían, sí, pero seguía pensando en su gran lienzo, para el que había levantado un enorme cobertizo en el huerto, sobre una parcela en la que en otro tiempo cultivara patatas.
No podía evitar ser amable. "Me gustaría tener más carácter", se decía algunas veces, queriendo expresar su deseo de que los problemas de otras personas no le afectasen. Pasó algún tiempo sin que le molestaran mucho. "Cueste lo que cueste", solía decir, "acabaré este cuadro, mi obra maestra, antes de que me vea obligado a emprender ese maldito viaje". Pero comenzaba a darse cuenta de que no podría posponerlo indefinidamente. El cuadro tenía que dejar de crecer y había que terminarlo. Un día Niggle se plantó delante de su obra, un poco alejado, y la contempló con especial atención y desapasionamiento. No tenía sobre ella una opinión muy definida, y habría deseado tener algún amigo que le orientase. En realidad no le satisfacía en absoluto, y sin embargo la encontraba muy hermosa, el único cuadro verdaderamente hermoso del mundo. En aquellos momentos le hubiera gustado verse a sí mismo entrar en el cobertizo, darse unas palmaditas en la espalda y decir (con absoluta sinceridad): "¡Realmente magnífico! para mí está muy claro lo que te propones por nada más. Te conseguiremos una subvención oficial para que no tengas problemas."
Sin embargo, no había subvención. Y él era muy consciente de que necesitaba concentrarse, trabajar, un trabajo serio e ininterrumpido, si quería terminar el cuadro, incluso aunque no lo ampliase más. Se arremangó y comenzó a concentrarse. Durante varios días intentó no preocuparse en otros temas. Pero se vio interrumpido de forma casi continua. En casa las cosas se torcieron; tuvo que ir a la ciudad a formar parte de un jurado; un conocido cayó enfermo; el señor Parish sufrió un ataque de lumbago y no cesaron de llegar visitas. Era primavera y les apetecía un té gratis en el campo. Niggle vivía en una casita agradable, a varias millas de la ciudad. En su interior los maldecía, pero no podía negar que él mismo los había invitado tiempo atrás, en el invierno, cuando a él no le había parecido una interrupción ir de tiendas, y tomar el té en la ciudad con sus amistades. Trató de endurecer su corazón, pero sin resultado. Había muchas cosas a las que tenía que hacer cara para negarse, las considerase obligaciones o no; y había ciertas cosas que se veía obligado a hacer, pensase lo que pensase. Algunas de las visitas dieron a entender que el huerto parecía bastante descuidado y que podría recibir la visita de un inspector. desde luego, pocos tenían la noticia de su cuadro; pero aunque lo hubiesen sabido, tampoco habría mucha diferencia. Dudo que hubiesen pensado que era muy importante. Me atrevería a decir que no era muy bueno, aunque tuviera algunas partes logradas. El árbol, sobre todo, era curioso. En cierto modo, muy original. Igual que Niggle, aunque él era también un hombrecillo de lo más común, y bastante simple."

(Fragmento)

Wednesday, April 09, 2008

nada del mundo real

Recuerdo haber sospechado hace años, que Fito me espiaba el cerebro...


"Nada del mundo real
nada del mundo real
desaparecerá, desaparecerá...
nada del mundo es real
nada del mundo es real
desaparecerá, desaparecerá...
el calor de la mañana
sensación de estar en nada
corazón dentro de mi alma
nuestro amor fue con el agua...
cine trash de los suicidas
altamar de las heridas
luz de gas, luz tan divina
y es así, pasa la vida,
sólo la vida única vida...
es nuestra vida nada del mundo real."
Fito Páez
... ojalá me lo ponga en marcha de nuevo.

Algo de vos llega hasta mi

"Tu amor abrió una herida

porque todo lo que te hace bien

siempre te hace mal

tu amor cambio mi vida como un rayo

para siempre,

para lo que fue y será

La bola sobre el piano la mañana aquella

que dejamos de cantar

llego la muerte un día y arraso con todo

todo, todo, todo un vendaval

y fue un fuerte vendaval

Algo de vos llega hasta mí

cae la lluvia sobre París

pero me escape hacia otra cuidad

y no sirvió de nada

porque todo el tiempo estabas dando vueltas

y más vueltas que pegue en la vida

para tratar de reaccionar

un tango al mango revoleando la cabeza

como un loco de aquí para allá,

de aquí para allá

Después vinieron días de misterio y frío,

casi como todos los demás

lo bueno que tenemos dentro

es un brillante

es una luz que no dejare escapar jamás

Algo de vos llega hasta mí

cuando era pibe tuve un jardín

pero me escape hacia otra ciudad

y no sirvió de nada

porque todo el tiempo estaba

yo en un mismo lugar

y bajo una misma piel

y en la misma ceremonia

yo te pido un favor,

que no me dejes caer

en las tumbas de la gloria."





"Tumbas de la goria"

Fito Páez

Saliste entre la gente a saludar

"Te vi

Saliste entre la gente a saludar

Los astros se rieron otra vez

La llave de Mandala se quebró

O simplemente te vi

Todo lo que diga está de más

Las luces siempre

encienden en el alma

y cuando me pierdo en la ciudad

vos ya sabés comprender,

es solo un rato no más

tendría que llorar

o salir a matar

te vi, te vi, te vi
yo no buscaba anadie
y te vi"






"Un vestido y un amor"
Fito Páez

(fragmento)


Yerba buena nunca muere



"Aunque las puertas se cierren


aunque no me sienta bien


aunque el tiempo pegue fuerte


se que voy a estar de pie


yerba buena nunca muere


no se cansa de pelear


aunque llueva, nieve, o truene


te tenés que levantar


aunque no hayan Navidades


a la hora de la fe


cuando la campana suene


se que voy a estar de pie..."




"Campeones de la vida"

Alejandro Lerner (fragmento)

Saturday, April 05, 2008

“Hoy la casa de mi infancia, ya no existe ni hace falta…



… yo la llevo bien adentro en mis entrañas
toda llena de colores y de desapariciones
muy tempranas, muy profundas, muy amargas
nada ha desaparecido, ni la casa con diez pinos
ni mi amor, ni la zamba de mi esperanza
es que el mundo es muy cretino
pero puede ser divino, si yo quiero porque nada en este mundo me hace falta
nada más que algunos trucos, un conejo, una galera, un colchón, un tocadiscos y una mesa
y es posible que los hijos puedan cambiar lo que hicimos
y la casa nunca más desaparezca
argentinos, argentinos
que destino, mi amigo, argentinos nadie sabe responder
argentinos, argentinos
caminando siempre al lado del camino
la ventaja de no pertenecer
Argentina, Argentina
qué pasó en Argentina, la casa desaparecida
bienvenidos a la casa de todos
a la casa desaparecida
bienvenidos a aparecer en este mundo, Argentina la desaparecida."

Fito Páez
“La casa desaparecida (fragmento)”
“Abre




¡Yo no soy Julia Roberts!


Por las no tan bellas imágenes que estoy viendo de mi misma, ya me parezco a Ozzy Osboure… no me tiño más y listo.
Es como si los últimos años, la depresión provocada por mi forzosa entrada al Instituto (dicho así, parece psiquiátrico, pero no) para perfeccionarme en esta carrera que no estoy corriendo (y la tristeza que me causa perder divinas horas en eso en lugar de solo escribir porque me resulta vital), me recordaran brutalmente esta mañana que se me cayó la estantería “pesadamente”, diría.
No es que no lo estuviera notando, pero, la verdad que si no lo veo… no asumo que todo mi cuerpo estaba más “al norte”.
¡Imperialismo salvaje!
Pero mi mente es otra cosa… sigo recordando sucesos altamente “impasables”, como lo que pretendo relatar y que surge luego de releer: las dos entradas anteriores…

Tras el asunto de la “fiesta que no ocurrió, cárcel a la culpable, excarcelación y electroshock en el nosocomio correspondiente”, finalmente me sacaron la camisa de fuerza (¡Las otras internas! y me condujeron a un estudio de televisión para que me reportearan. Maravillas de la prensa sensacionalista…
Era mi momento de gloria, mi cuarto de hora, mis quince minutos fe fama, en los que estaba contando tranquilamente lo que me hicieron esas brujas, cuando la señora esposa del tal William (llamémosle, “el damnificado”), surgió de entre el público que colmaba las gradas del lugar. Pasó tras los dos camarógrafos y me espetó algo en perfecto inglés que no entendí, pero me sospecho… ya que el resto de la concurrencia hizo: “OOOOOOOOOHHHH!!!!!!”. Paso seguido, procedió a extraer un adminículo de similares dimensiones a un bazooka de una carterita no más grande que un cenicero redondo (chico), que se cargó furiosa al hombro (debo decir que, admirablemente, puesto que le quedaba varios talles más grande) cual Carrie Fisher contra Belushi en la película de los Bluesbrothers… ¡Y se preparó a dispararme!. Corrí a parapetarme tras el sillón del presentador mientras todos los demás iniciaron una estampida breve pero eficaz. Ahí nomás apareció el gigantón marido de la dama y se la llevó sin decir palabra con las patitas colgando para afuera… ¡Qué salvada! ¿Ven que es un héroe?
De otra manera, yo no viviría para contarles.
Me resulta claro que esta familia tiene algo en mi contra, lo que me recuerda otra anécdota que ya he narrado en: “Tribulaciones…”
Mi hija dice que es por lo de Julia Roberts… (quien yo creía era la mujer de este hombre), y mi criaturita me contó que no: “¡Eso fue hace como veinte años, ma!”
¡Cómo pasa el tiempo!
Eso lo explica todo…

Opinión a: artistinconcluso@gmail.com

Friday, April 04, 2008

Otro reporte "no tan cierto" que no me tocó hacer...

Dejo otro reporte “no tan cierto”, de una época un poco más lejana, de la misma tónica de la entrada anterior. No se si es claro que mi intención ha sido inverntar sucesos, parafraseando notas reales extraídas del diario.
Lo que es notorio, es que no hizo falta hacerle el ADN a Jorge Guinzburg, no debemos haber sido hermanos de sangre como creí al verlo tan parecido físicamente a mi verdadero brother... y, me temo que tampoco me heredó ese talento que a él o caracterizaba. Una pena, no gano pa' disgustos.

De todas formas, creo que si alguien se toma el trabajo de notarlo, la culpa de todo, la sigue teniendo Hollywood… ¡y ni un guión me ha pagado el miserable intangible ese!
Aunque parezca mentira, soy guionista y escribo novelas, pero: ¿Cómo publicar semejantes formatos Largos en un blog? ¿Volveré a escribir en serio?

3/3/2003
NOTICIA DE ÚLTIMO MOMENTO:


"LA POLICÍA SUSPENDE PARTUZA DE SEXO EN BUENOS AIRES..."
"ALLANARON DOS DEPARTAMENTOS DONDE SE ESTABAN REALIZANDO SENDAS ORGÍAS..."



¿Había alguien que no se hallaba por su voluntad? Bueno, yo digo... ¿No invitaron a los canas?... Porque el allanamiento es de resentidos. Otra hubiera sido la cosa si estábamos todos...
Pongamos por ejemplo esta situación: si yo secuestro a Liam Neeson para dar rienda suelta a mis bajos instintos (y no estoy hablando de mi corta estatura, precisamente...), y el tipo se me retoba y llama a los uniformados, ¡Ta' bien, que me arresten (Después de consumado el hecho, claro. ¿Sino pa' qué?)!
Pero si los vecinos llaman a la policía, otro es el caso. Resentimiento puro. Envidia que le dicen. No me vengan con que no los dejó dormir la batahola, porque en esta época de crisis, a nadie que tenga que ir temprano a trabajar habremos despertado... Si laburo no tiene nadie, es mala leche:

_ Resulta que lo de la orgía, oficial, es falso. Y si lo digo con lágrimas en los ojos es por eso, precisamente...
El señor en cuestión se me resistió, y es el frenesí por alcanzarlo (mientras huía de mí), volteé un par de jarrones (no, no era el departamento de "Guillote") y rompí un espejo (¡Siete años más de mala suerte!). Y los vítores y risotadas eran de mi familia... Si, mis tíos que querían sacar fotos y acompañarme en mi momento de mayor alegría. No, no digo que era mi fiesta de 15, mi encontronazo con Neeson iba a ser, no se me disperse.
De La Puente trajo su catapulta para impulsarme en mi revoleo, y la cámara para después poner las fotos en internet, Pergolini estaba de puro metido (Porque cree que le quiero robar a Eduardo, que es el verdadero motor de su éxito), y el tío Jorge... Bueno, es el capo mafia que me organizó todo... Tiene un corazón de oro... Pero no era una orgía, no. No llegó a ser... No llegó, no llegué. Quedamo' así. Una pena.
¿Por qué no se van a arrestar a los verdaderos malandras, digo yo?. ¿Qué se meten en nuestra intimidad?. ¿Por qué no me dio una alegría William?. ¿Se aputó?. Me tiene mala voluntad?. ¿Por qué a mi,eh?... ¿Por qué?
No doctor, deténgase... ¡Con la camisa esa otra vez no, que me tira de sisa!... ¡Socorro!

Elba (G. de G.)

Irrealizable reportaje a Viggo

Entre las entevistas que no le hice a famosos, se encuentra esta, tan trucha como las fotos, ya que no se las pude tomar por mis propios medios... ¡Otra vez será:

Lamenté que el reportaje estuviera pactado para hoy, ya que lo vi indefenso y lloriqueante por la tele ayer… ¿Quién habrá llevado consuelo a ese pobre muchacho? Mientras me dirigía hacia su hotel, pensaba que él (like Charly García): no viaja en tren sino en avión y por lo que se, no necesita nadie alrededor. No quise distraerme como de costumbre esta vez. Me lo repetí como un mantra hasta llegar.
Entonces recordé la nota de Clarín, de ayer 2 de Abril: “El equívoco más habitual es creer que una mujer quiere sexo en vez de solo amistad”. Con esos pensamientos en mi mente, llegué y me encuentro con que el fulano me esperaba en su room… así que no muy predispuesta a los malentendidos, tomé el ascensor y llegué al pent house rezongando. Un señor que compartió el trayecto conmigo, me dio la razón, por lo que le espeté de no muy buena manera que eran disquisiciones privadas, que se metiera mejor en sus cosas y no “malinterpretara”.
Otro “Señor” me abrió… el “de los Anillos”: Viggo, en vivo y en directo… “¡Aragorn!” ¿Qué me importa tu pasado y tus “Promesas del este”? Me desestabilizó, la verdad. Pero retomando la calma que nunca tuve, le expliqué que había leído la nota del diario y no pensaba bajar la guardia. Ya me lo veía venir… el no pareció entender, y creo que el problema no fue el idioma en este caso. Aparte yo no fui muy firme tampoco. No estaba nada mal. Pude notar que tenía un par de pies preciosos… y eso me hizo volver en mi. Le dije redondamente: “Esto es un reportaje ¿Me comprende? No se tome libertades y no se confunda”:

Viggo_ Disculpe el aspecto. Es que estaba por hacerme unos mates. Vengo fundido de anoche… es cierto eso de que uno se da cuenta que está mayor cuando no puede estar parado tanto rato sin que le revienten “los pieses”. Por eso preferí no bajar. No me puedo calzar, me parece.

Elba_ No… discúlpeme usted. Es que hay gente que se la “re-cree”, y yo pensé… no se como explicarme. A veces, de la emoción lloro, me quedo muda o vuelco el café. Es más, ahora mismo temo haber dejado caer una colilla de cigarrillo en su “red carpet”, porque huelo a quemado... ¡Y yo no ni siquiera fumo!

Viggo_ ¡Se me quema el dulce de leche!

Salió disparado para otro cuarto y volvió al toque con una ollita de aluminio humeante en una mano, la que sujetaba con una agarradera hecha al crochet que según me contó, él mismo tejió mientras hacía tiempo en los piquetes agrarios que le demoraron el viaje por estas pampas. Por supuesto también se preparó el dulce (en el super no había más) ¡Qué hombre maravilloso! Un héroe, otro se habría puesto a mariconear con el frigobar tan escaso que le tocaba en suerte en medio de esta crisis. No pude más cuando me convidó… ¿Qué le iba a preguntar por qué en lugar del muchachito no hizo de Gandalf, que era el que me gustaba a mi? Me chupé los dedos míos, los de él y de pronto, me cortó el climax con la frialdad propia de un nórdico: “No se crea que la voy a invitar con el asado, aquí no hay paro… pero afuera si”.
¡Y se fue de mi vida sin más! Se calzó los tamangos y salió “raro, como encendido”. Parecía ofendido, inclusive.
Así como así me dejó sin reportaje, sin que pudiese preguntarle por sus trabajos, su nuevo libro, por “Víctor Hugo” y la poética que emana de las pequeñas cosas…
Justo el único famoso del que no estaba enamorada, con el que pude haber tenido una charla decente y tal cual el artículo del diario, confundió los tantos: “Uno ve lo que se imagina, y que tiene que ver con la historia de cada uno. Distintas son las señas entre una pareja o entre amigos, pero ahí hay conocimiento previo, hay una intimidad.”

Me quedé mal, lo mismo me pasó con Guinzburg. Me llamó un 14 de febrero (“Día de los enamorados”). Yo estaba muerta por otro tipo entonces… “Qui Goon Jin”, el de “Star Wars”. Ese alto, Liam Neeson… ¡Que tampoco hizo de Gandalf! Así que reté a Jorge (me pareció desubicado de su parte que ocupara el tubo justo en ese momento en que yo esperaba el llamado del otro). Quiero aclarar que al final no me llamó. Parece que está felizmente casado. Pero me conseguí un trabajo de notera en un programa que jamás salió al aire, y pasajes para interceptarlo justo a la salida de la entrega de algún premio que no le dieron, pobre. Primero eludí a su señora y lo encaré munida de un traductor para que nos comunicara: “¿Vos que sos tan culto...Conocés a Victor Hugo?”
Neeson:_ Bueno... hice:"Los Miserables"...
Elba:_ Sí, sabía... no nos podemos entender, por lo visto. Lo nuestro es imposible…venimos de culturas diferentes. Me duele a mí más que a vos…
Neeson:_ Pero...Victor Hugo, el dramaturgo... ¡Es universal!...
Elba: No, Victor Hugo... Morales, te digo yo, el relator de fútbol...
Es un chiste para Buenos Aires, a lo sumo Uruguay… no creo que sea más "universal" que eso. ¡No me entendés!. Venís de "otro mundo", el universo está en nuestra contra.


Y a Viggo, que no necesita traducción simultánea ni que le explique quien relata los partidos del “ciclón”, lo dejé partir… reaccioné cuando ya era tarde, para darme cuenta de que me había engañado como a una criatura: “¡Tregua! ¡Tregua!”, le grité casi sollozante… “Se levantó el asunto del paro agrario! ¡Olvidemos el mate, que yerba no hay más!
¿Por qué no te descalzás hasta el cuello?¡Come back! ¡Come back!”
Pero ya era tarde…


Elba...

Thursday, April 03, 2008

Viggo Mortensen y "La Iglesia San Lorenziana"



Brian Recchi me recordó "mi viejo cariño", digamos... por Neeson, musa inspiradora de mis guiones cinematográficos como: "EL Inglés".
Lo hace preocupado al ver que me copé con un actor que ya habla castellano y sería capaz nomás de venir a Buenos Aires si lo convencemos de que somos de San Lorenzo de Almagro... ¡Lo que era cierto hasta que dejé el deporte!


"Mortensen participó de la fiesta Azul Grana”

¿Skovbo o scabio?



El 1° de abril se lanza al mercado por su propia editorial, “Perceval Press”: “Scovbo”, el último libro del multifacético Viggo, quien se halla entre nosotros… pero en otros brazos.
Una muestra más de la mala voluntad que los hombres apuestos tienen para conmigo… y van un toco.
En la fiesta del club azulgrana de sus amores, lloraba el amoroso…
¿Quién lo habrá acurrucado para secarle los moquitos?
Yo quiero hablar en esta cuasi crónica del estado etílico que debe tener un señor que sale a la cancha, no a jugar a la pelota con los otros muchachos, sino a cantar y a derramar lágrimas porque “se siente de acá” y no parte de los invitados “de afuera”.
Me recordó mi origen “cuervo”. ¡Pensar que cambié de cuadro por culpa de Tinnelli y me perdí de la fiesta en la cancha con este “Pai Sanlorencista”! Si, era como un evangelista llegado del primer mundo envuelto en una capa con los colores azul y rojo… ¡Azul grana!¡Rojo pasión!... ¡Sangre! ¡Liberame para todos los compañeros, Viggo!
Lo voy a reportear a pedirle disculpas por haberlo ignorado toda su vida por haber interpretado a “Aragorn” y no a “Gandalf” en “El Señor de los Anillos”.
Me gustaban mayores, pero he reflexionado.
Salgo para allá, espero no sea demasiado tarde…

Poética personal

Me resulta más sencillo escribir en prosa y admiro a quienes pueden expresarse “poéticamente”. Lamentablemente no domino este “bilingüismo"… aunque persisto en el intento.
Me pregunto si no es parte de la “poética personal” el contenido de un texto más que la forma en que se presenta: “Hoja de Niggle”, de Tolkien es poesía, pero en otro envase…

“Desaparecido”

Palabra agigantada
sin significado abstracto.
Desaparecido es
secuestrado
por el poderoso
que veja y humilla.
Conducido al infierno
por capricho ajeno.
Robado
no olvidado
ni muerto
pero oculto.
No borrado de la historia.
Presente en los vivos,
en el recuerdo permanente…
más que antes
más que nunca.

María Elsa Rodríguez


“Exiliado externo e interno”

Teresa Madre…
Madre de La Plaza
y no de Calcuta.
Exiliado interno que no ceja.
Circulares lamentos
brotan frente a la Casa
Rosada por un rubor
de vergüenza.
Décadas de postergada justicia
sin respuesta.

Teresa espera
Retornos imposibles.
El Inglés no es
en su lucha un idioma
sino una esperanza
una roca para aferrarse,
quien le ayuda a soportar
las afrentas, lo cotidiano
la vida sin Eduardo…
el exiliado externo,
la muerte de Marcos
el desaparecido.


El Inglés es un hombre,
Las Madres de La Plaza
no son monjas
los pañuelos las casan
con la pasión,
con la esperanza.

Si se puede
Seguir siendo,
jamás es tarde.

Nunca rendirse
es Siempre estar.

María Elsa Rodríguez


Me cuestionan que, por ser “Madre de Plaza de Mayo”, un personaje no podía sentir pasión por un hombre… entonces insisto presentando el mismo tema en forma de verso. Si lo planteaba como un poema de amor desesperado era válido… pero cambiaba al exponer quien era realmente esta persona. Al final, insisto en no estar de acuerdo en esta idea:
¿Pierde un hijo pero no puede recuperar su vida como mujer solo por tener militancia?
Creo que es un error de interpretación. Primero las persiguieron años por su postura “políticamente incorrecta” y ahora no podemos pensarlas como mujeres, simplemente. Creo que es humanizarlas. En cada reportaje, estas argentinas bravas, repiten que redescubrieron su propia pasión en la madurez recordando a sus hijos desaparecidos y su “apasionada, brevísima vida”.

¿No es borrarlas de nuevo subirlas a un pedestal como si se tratara de monumentos en vida? Como en el poema de Borges, me parece que se las condena a no ser felices…

Blog Archive

About Me

My photo
María Elsa Rodríguez nació en San Miguel (Buenos Aires, Argentina) en 1966. Supo que lo suyo no eran las obtusas matemáticas, y que los sueños la movilizaban más que la realidad. Estudió Cinematografía, Fotografía, Bibliotecología y Archivística (áreas estas dos últimas en las que desarrolló su labor profesional los últimos años, sin dejar de seguir ampliando en talleres, su interés por la dramaturgia y la literatura). Estrenó obras en teatro, publicó cuentos y su primera novela. Desde entonces, comparte algo de su material en los sitios que administra en la Web: • https://artistinconcluso.blogspot.com/ • http://unadextranjerosenyankilandia.blogspot.com/ • http://ailaviuforever.blogspot.com/ • https://www.facebook.com/Libros-para-olvidar-la-editorial-de-los-libros-perdidos-984324104963181/